Por Ariana Operti
Los clubes de barrio tuvieron una época esplendorosa, eran el símbolo del lugar y los vecinos no perdían su entusiasmo por ir. Sin embargo, la debacle económica de finales del 80 y principios de los 90 más la aparición de boliches que competían con los clásicos bailes de clubes, llevaron a que muchos de éstos entren en crisis e incluso, algunos desaparezcan. Los que lograron sostenerse, en gran medida lo hicieron gracias a los vecinos que, con esfuerzo, no dejaron que cayeran en el precipicio y cerraran.
En Avenida Génova 2402 existe uno que logró recuperarse y luego, tras solicitar y recibir ayuda del gobierno provincial y municipal, cambió su enfoque y se dedica a dar contención a vecinos y a gente de otros distritos. Se trata del Club Reflejos, una institución que superó sus peores crisis y hoy recibe aproximadamente a 2.000 chicos con situaciones económicas variadas.
En 2005 se conformó una comisión de vecinos para recuperar el club. Marcelo Antonelli es desde entonces su presidente y habló Con la Gente sobre el rescate a esa institución que conoció cuando se mudó a su lado y hoy, gracias a distintos planes de ayuda, se encuentra en camino de climatizar el natatorio.
“El club estaba prácticamente liquidado, mal ediliciamente, sin socios… No tenía representación. Incluso estaba mal visto”, contó Antonelli. Con dolor, explicó lo que ocurría en los años anteriores a su presidencia: “Me cuesta decirlo siempre… en el club se vendía y consumía droga impunemente. Todo lo robado aparecía en Reflejos. El presidente de esos años le hacía mal al club, tomamos dimensión realmente el paso del tiempo”.
Sin embargo, esa época quedó atrás. El grupo que se conformó luchó contra eso y, con colaboración de la Municipalidad de Rosario y el Gobierno de Santa Fe, logró la recuperación. “Sin el intendente (Miguel Lifschitz en ese entonces), esto no hubiera sido posible”, aclaró el presidente del club de Empalme Graneros.
En su momento, desde el Estado no ayudaban a los clubes pero ante el planteo, comprendieron que debían hacerse presentes. “Me invitaron al presupuesto participativo y solicitamos los subsidios a los clubes de barrio”, dijo Marcelo sobre el plan que consiste en un aporte anual para construcciones o mejoras edilicias. “Más adelante recibimos también apoyo de la Provincia. Por ejemplo, durante el gobierno de Bonfatti con el ‘Plan Abre’ completamos la línea de baños, con agua caliente y fría”, detalló.
“Los clubes de barrio son fundamentales. Cada uno cumplirá su función de acuerdo al sector. En el caso nuestro, estamos abocados a lo social. Articulándonos mucho con la Municipalidad, los chicos pueden tener un lugar de esparcimiento o acceder a un deporte sin cargo”, manifestó Antonelli.
En el Club Reflejos el deporte que siempre estuvo presente es el tenis criollo. «También tenemos patín artístico y de competición, fútbol femenino, de veteranos… kung-fu, zumba, entre otros. Además acá funciona la escuela de barrio y los programas municipales, como el ‘Nueva Oportunidad’ donde se dictan talleres de Hip-hop y radio«, contó Marcelo.
«Aportamos a los vecinos deporte, cultura y contención para que mejoren su calidad de vida», especificó. A su vez, aclaró que no saben el número exacto de chicos que van a club porque no tiene una cuota societaria obligatoria pero «son más de dos mil chicos».
El dirigente aseguró que Reflejos es un lugar de contención: «En Empalme, el vecino realmente necesita del club. Los que estamos al frente de la comisión hacemos hasta lo imposible para ayudarlo. Somos casi como un distrito, cumplimos una gran función con ayuda del Estado».
Para finalizar, habló sobre el nuevo proyecto que están llevando adelante, en varias etapas: la climatización de la pileta. «Va a ser otro logro más, importante. Si bien hay otros natatorios climatizados, es una comodidad para el vecino. Además, podemos brindar un montón de cosas como hacemos en verano, que vienen más de 600 personas a la colonia gratuita».
Club Reflejos, un espacio recuperado por y para los vecinos.
