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Red de Espacios de Radio en Salud: la palabra contra el estigma


Este espacio lo conforman un grupo de talleres que conciben a la comunicación como herramienta fundamental en el acompañamiento de usuarios del servicio de salud mental

Este espacio lo conforman un grupo de talleres que conciben a la comunicación como herramienta fundamental en el acompañamiento de usuarios del servicio de salud mental

Por Diego Carballido

«En primer lugar, nuestro trabajo se relaciona con el ejercicio del derecho a la comunicación de las personas usuarias del servicio de salud mental donde su palabra fue silenciada, menospreciada y subestimada históricamente por el discurso médico hegemónico”, explicó Vicky Durán Mansilla en un diálogo con CLG donde compartió los detalles de la Red de Espacios de Radio en Salud, esta experiencia colectiva donde la comunicación tiene un papel fundamental.

La Red de Espacios de Radio en Salud se conformó hace un poco más de un año para conectar las experiencias de comunicación y expresión que se venían realizando en diferentes instituciones de salud de la ciudad. Producciones radiales y talleres de comunicación que funcionan al interior de los nosocomios se entrelazan con el trabajo de comunicadores y profesionales de la salud.

“Tiene que ver con pensar de otra manera el tránsito por las instituciones de salud y qué aportes hacemos todas las personas que conformamos estos espacios y la manera de ver a la salud mental en términos más académicos. Preguntarnos cuáles son las disputas del sentido que existen ahí», agregó Durán Mansilla que es Comunicadora Social e integrante, desde hace cinco años, de la producción del programa radial “Caramelos Surtidos”, un magazine conducido por un grupo de personas con diferentes problemáticas psíquicas que se emite por la FM Radio La Hormiga. Una experiencia que combina el trabajo de la Secretaría de Extensión de la Universidad Nacional de Rosario junto con organizaciones sociales e instituciones de salud mental. «La radio nos posibilita una palabra colectiva y también aprender a escuchar a un otro, o una otra. Es un espacio donde circula una palabra diferente a la que circula en las terapias», agregó Durán Mansilla.

«Hemos hecho un relevamientos sobre cómo se grafica a las personas con problemas de salud mental en los medios de comunicación y siempre se los vincula a hechos delictivos o peligrosos. Y nosotros queremos mostrar que las personas que son usuarias del servicio de salud mental tienen otras posibilidades, como por ejemplo hacer teatro o radio, y de esa manera construyen otros mundos posibles», explicó Mansilla.

«El primer proyecto de radio y salud mental surgió a partir de una demanda en 2011 de Casa del Paraná, una ONG de zona sur, coordinado por Andrés Monti Falicoff, hoy docente y coordinador del Área de Extensión y Territorio de la UNR”, contó Mansilla y agregó: «Al poco tiempo se sumaron estudiantes que colaboraron en la elaboración de pequeños enlatados con una temática en particular que se emitía por Radio Universidad. Al año siguiente, los internos e internas quisieron tener una emisión en vivo y de esa manera surgió el programa Caramelos Surtidos, que es el primero de los espacios radiales de este tipo y que actualmente está al aire».

La Red la conforman espacios como Los Paseantes, la Radio Heep del hospital Eva Perón, el espacio de Los Saludadores del Hospital Carrasco, Tardes Nuestras del Centro Gomecito y el espacio de Lunes a Lunes de la colonia de Oliveros. «Logramos que se abra la cátedra de Prácticas Sociocomunitarias en dispositivos de salud para las carreras de  Comunicación, Ciencias Políticas, Relaciones Internacionales y Trabajo Social», detalló Mansilla.

«El paradigma de la salud mental que se intentó instalar con la ley sancionada en el año 2009 es pensar a las personas usuarias del servicio de salud mental como sujetas de derechos y no como personas que hay que tutelar. Por eso, se promueve la idea de que se generen dispositivos sustitutivos a la lógica manicomial. Instancias que no contemplen lógicas de encierro», explicó Mansilla y concluyó: «Pensar a la salud como un proceso colectivo es que cada uno tendrá sus tiempos, características y posibilidades».