Más de 55 millones de personas en el mundo (el 8,1% de las mujeres y el 5,4% de los hombres mayores de 65 años) viven con demencia, un mal en aumento que podría prevenirse
Proponerle desafíos al cerebro, que pueden ser más simples como usar la mano que no se utiliza habitualmente para actividades cotidianas o hasta estudiar idiomas, y sostener una vida saludable son actividades que recomiendan neurólogos para mantener las funciones cognitivas y evitar enfermedades neurodegenerativas como la demencia, que según la OMS va en camino a triplicarse.
Más de 55 millones de personas en el mundo (el 8,1% de las mujeres y el 5,4% de los hombres mayores de 65 años) viven con demencia, y se calcula que esta cifra aumentará a 78 millones para 2030 y a 139 millones para 2050, por lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) la reconoce como una prioridad de salud pública.
«La demencia, tanto en la Argentina como en el resto del mundo, está entre las principales causas de discapacidad y muerte en el adulto, junto con las enfermedades cerebro vasculares», explicó a Télam Virginia Pujol Lereis, subjefa del Centro Integral de Neurología Vascular del Instituto Fleni, en la víspera del Día Mundial del Cerebro que se conmemora este viernes.
La especialista remarcó que «para la OMS la demencia es una de las futuras pandemias; es una patología que en el futuro va afectar a toda la población, y hoy lamentablemente no tenemos tratamientos que curan».
Por eso, la neuróloga destacó la importancia de la prevención y de hacer hincapié en «la salud del cerebro».
«Cuando te diagnostican demencia tu calidad de vida baja y también baja tu expectativa de vida», apuntó.
El lema de la edición 2022 del Día Mundial del Cerebro propuesto por la Federación Mundial de Neurología (WFN por sus siglas en inglés) es «Salud cerebral para todos» y promueve como pilares la concientización, la prevención, la promoción de políticas públicas, educación y acceso a los recursos, el tratamiento y la rehabilitación.
«La salud cerebral se podría definir como la preservación de la integridad cerebral y de la función mental y cognitiva», detalló a Télam Ricardo Maiola, neurólogo del Hospital de Clínicas e integrante del Programa de Parkinson y Movimientos Anormales.
Si bien el especialista reconoce que existen factores de riesgo no modificables, como la edad y la genética, es posible actuar sobre otros como la alimentación, la medicación, el déficit de vitaminas, las apneas de sueño (detención transitoria de la actividad respiratoria) y el entrenamiento cognitivo.
Del mismo modo, Pujol Lereis mencionó que llevar un estilo de vida saludable desde la infancia, es decir, controlar la presión arterial y los niveles de glucemia, no fumar, tomar alcohol moderadamente, mantener una actividad física, manejar las situaciones de estrés; ayuda a prevenir muchas enfermedades neurológicas.
Para el especialista, sostener una actividad cognitiva desde los 30 o 40 años permite «tener muchísimo menos riesgo de presentar en la adultez diferentes tipos de demencia».
En este sentido, la neuróloga dijo que si una persona mantiene la actividad cognitiva en funcionamiento se crean redes neuronales que permiten que los efectos del envejecimiento sean menores.
«La actividad cognitiva son los desafíos para el cerebro. No solo una actividad intelectual compleja como estudiar una carrera o aprender un idioma sino hasta una actividad artística como bailar, o física que nos ayude con la coordinación, o poder romper con las acciones que hacemos cotidianamente como usar la mano no hábil para peinarse y cepillarse los dientes, hasta cambiar la rutina de los caminos que hacemos», enumeró.
Por ello, reforzó la idea de que todo lo que implique un reto es un gran estímulo para mantener las funciones cognitivas, al igual que «proponer pequeños desafíos al cerebro le da fortaleza para el futuro».
Las enfermedades o afecciones cerebrales más prevalentes a nivel mundial son la demencia (que tiene a la Enfermedad de Alzheimer (EA) como principal causa con casi el 75% de los pacientes), a la que le siguen la demencia frontotemporal (DFT), la demencia con cuerpos de Lewy, y por infartos cerebrales múltiples, dijo Maiola tomando como base datos relevados por la Sociedad Neurológica Española (SEN).
En segundo lugar, se encuentran los accidentes cerebrovasculares (ACV), tanto isquémicos como hemorrágicos, de los que Argentina registra entre 40 mil y 60 mil por año y provocan 18 mil muertes asociadas, según datos del Instituto Fleni.
Otras enfermedades son la epilepsia, el Parkinson (que luego del Alzheimer es la patología neurodegenerativa más frecuente), la esclerosis múltiple (EM), la migraña (dolor de cabeza o jaqueca severas) y los traumatismos de cráneo por accidentes domésticos o de tránsito.
«Dentro de las grandes enfermedades que están afectando al mundo y que van a aquejar en los próximos años se encuentran los ACVS y las enfermedades neurodegenerativas, es decir las demencias, y ambas son potencialmente prevenibles», indicó Pujol.
Asimismo, Maiola precisó que el cerebro humano como centro de comando del sistema nervioso posibilita los pensamientos, la memoria, el movimiento y las emociones a través de un sistema complejo producto de la evolución biológica, por lo que enfatizó que la importancia de «mantener un cerebro saludable durante la vida».
El Día Mundial del Cerebro, que se celebra cada 22 de julio, fue impulsado por la WFN con el fin de difundir la importancia de la salud cerebral e informar sobre estrategias de prevención y tratamiento de enfermedades cerebrales frecuentes.