El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) dio a conocer una serie de recomendaciones relacionadas con la transmisión y la prevención del botulismo, una enfermedad transmitida por alimentos de gran importancia para la salud pública.
En tanto, explicó que el botulismo es causado por una neurotoxina producida por el bacilo Clostridium botulinum, una bacteria que se encuentra presente en el suelo y en el agua, que resiste las altas temperaturas y se desarrolla en ausencia de oxígeno, como ocurre principalmente en conservas.
El botulismo alimentario se produce cuando una persona ingiere alimentos contaminados con esta bacteria, envasados y esterilizados por técnicas deficientes, como puede darse en las conservas caseras o artesanales. Los alimentos responsables de ese tipo de intoxicación son habitualmente de origen vegetal: chauchas, pimientos, morrones, berenjenas, espárragos, alcauciles entre otros y en menor frecuencia de origen animal, tales como mariscos y carnes de animales de caza en general.
También se deben considerar los mixtos, con mezcla de origen vegetal y animal, generalmente preparados como escabeches con un ph final no adecuado –igual o mayor a 4,5– que permite el desarrollo y producción de toxinas del bacilo C. Botilinum.
Por otra parte, existe lo que se denomina «botulismo del lactante», una enfermedad poco frecuente pero potencialmente mortal que afecta a niños menores de un año y resulta de la ingestión de la espora de la bacteria Clostridium botulinum a través de la miel.
Los consumidores deben descartar todo alimento que se considere sospechoso, teniendo en cuenta los síntomas que indican alteración.
Se trata de «cambios en el color y/o la consistencia del producto; olor desagradable o no característico; turbiedad no habitual del líquido en este tipo de productos; sabor anormal; tapa hinchada (en estos casos, descartar sin remover la tapa)».
El Senasa recomienda que «si una lata está abollada sin haber recibido golpes, o rezuma espuma, debe tirarse a la basura sin ser consumida.
Otra alerta es la expulsión de gas al abrir los recipientes.
En cuanto a las recomendaciones, los principales consejos del Senasa son «no consumir conservas sin etiquetas en donde se visualice el número de habilitación del producto y del establecimiento elaborador, denominación de la mercadería, fecha de producción y vencimiento, clase de producto y peso, como sucede con los productos registrados de establecimientos habilitados por el Servicio».
También sugiere «evitar el consumo de conservas caseras de vegetales, carnes, pescados y/ o mariscos de procedencia desconocida, de elaboración artesanal y que no cuenten con los Registro de Establecimiento Elaborador (RNE) y Registro de producto alimenticio (RNPA) correspondientes».