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Rechazo mundial a los aranceles de Estados Unidos al acero


Varios países advirtieron hoy sobre el impacto negativo de la decisión anunciada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles de 25% a las importaciones de acero.

«Este asunto puede hacer volar por los aires a la Organización Mundial del Comercio (OMC); no se trata de la seguridad nacional, quieren proteger a una industria estadounidense que no es viable», dijo hoy el director general de la Asociación Europea del Acero, Axel Eggert, en una entrevista con la agencia Bloomberg en Bruselas.

Eggert señaló que el hecho de que los precios del acero en ese país promedien US$ 80 por tonelada más que el resto del mundo «demuestra la ineficiencia de esa industria norteamericana» y exhortó a Trump a repensar el plan y trabajar con la Unión Europea (UE) para reducir la sobreoferta de acero de China, el mayor productor de este metal.

Ayer, Trump anunció que firmará «la próxima semana» un decreto por el que impondrá aranceles de 25% a las importaciones de acero y 10% a las de aluminio de algunos países.

Trump tenía hasta mediados de abril para decidir qué medidas adoptar, después de que el Departamento de Comercio le enviase un informe sobre los efectos de las importaciones de estos productos sobre «la seguridad nacional» de Estados Unidos, en el que recomendaba elevar los aranceles o aplicar cuotas.

En este contexto, la UE consideró que la justificación planteada por Estados Unidos para imponer aranceles al aluminio y al acero aludiendo a la seguridad nacional del país, «no tiene ninguna base y es en realidad una salvaguarda comercial disfrazada».

La respuesta de la UE al tema aranceles está «muy avanzado», indicaron fuentes comunitarias a la agencia EFE, aunque instaron a esperar a ver si «el anuncio se materializa tal como se ha anunciado».

En tal caso, señalaron que cubrirán tres líneas de acción en línea con las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC): «medidas de defensa comercial» basadas en una lista de productos estadounidenses, compuesta por un tercio de productos de acero, un tercio de productos agrícolas y un tercio de otros sectores.

La segunda supone la anticipación de que las exportaciones de aluminio y acero que no importe EEUU debido a las restricciones «serían desviadas a otros mercados», unos flujos que serán «monitorizados» para prever el posible uso de medidas de salvaguarda.

La tercera línea de trabajo contempla articular con otros países afectados por los aranceles, como Japón, Canadá o Brasil, «el comienzo de consultas de arbitraje con Estados Unidos en el marco de la OMC».

La Comisión Europea (CE) debatirá este asunto en su reunión del próximo miércoles, aunque no es seguro que las medidas europeas se anuncien ese mismo día.

Por su parte, China advirtió que la medida puede afectar negativamente a la recuperación económica mundial.

«Si otros países siguen sus pasos, dañará al comercio internacional», advirtió la vocera del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Hua Chunying, en rueda de prensa en Beijing.

Brasil, por su parte, anunció que intentará una negociación amigable para evitar las «significativas pérdidas» que sufriría con el aumento de los aranceles, pero aclaró que no descarta discutir la medida en los foros competentes.

También la ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, dijo que «si se imponen restricciones a productos canadienses de acero y aluminio, Canadá tomará medidas de respuesta para defender sus intereses comerciales y trabajadores».

En tanto, Alemania expresó su «total rechazo» a la medida y mostró su confianza en que la UE dará la «respuesta adecuada» a esa decisión.

Taiwán señaló que los anuncios reflejan «proteccionismo» y «socavarán el libre comercio mundial» y el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, compartió la preocupación expresada por varios países de Europa.