Se trata de un oficial en actividad que fue sorprendido por agentes de Policía Federal en pleno reparto.
Se trata de un oficial en actividad que fue sorprendido por agentes de Policía Federal en pleno reparto. En su poder se encontró cocaína, una importante suma de dinero y dos armas de fuego.
El procedimiento se llevó a cabo en la madrugada del pasado sábado, en el marco de una investigación que desde tiempo atrás realiza la justicia nacional.
Luego de una disimulada persecución, los efectivos pertenecientes a la Subdelegación Rafaela de la Policía Federal detuvieron la marcha del automóvil Renault Clio, color negro, en la calle Colectora de la ruta nacional N° 34 y su intersección con Magdalena Bruno, en el extremo sudoeste del casco urbano.
El seguimiento se había iniciado momentos antes cuando el “narco-policía”, identificado como Lucas B., retiró varios objetos de una vivienda de calle Los Robles al 1300, en el barrio Villa Los Álamos, unas dos cuadras al sur del lugar donde fue interceptado.
Luego del arresto, los “azules” se dirigieron a este último domicilio e incautaron elementos de corte y fraccionamiento de cocaína. Además, en el rodado se encontraron: 238 capuchones, 25 grs de cocaína fraccionada lista para la venta y dos armas de fuego.
Las actuaciones fueron ordenadas por el fiscal Federal Jorge Gustavo Onel, quien, a partir de una denuncia, comenzó a rastrear los pasos del inescrupuloso uniformado y luego de reunir abundante material probatorio, que incluiría filmaciones que ponen en evidencia sus actividades ilícitas, decidió su detención.
Según la información que trascendió, Lucas B. cuenta con quince años de servicio en la fuerza y tanto en el vecindario, como en la propia policía, su “ocupación” delictual era un secreto a voces. Actualmente revista en el Centro de Comunicación Policial (Cemcopol).
Tras la aprehensión quedó a disposición del Juzgado Federal de Rafaela y por estas horas aguarda la imputación de cargos que le formulará el fiscal Onel.
No se descarta que, en cualquier momento, se puedan producir novedades en la causa porque en los teléfonos celulares secuestrados al policía se habría hallado información sensible. Algunas versiones indican que se podría llegar a quienes que le proveían el estupefaciente para comercializar, nombres que, se especula, ya estarían en conocimiento del fiscal y serían de la ciudad o la región.