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«Quimio con Pelo»: la especial iniciativa solidaria de mujeres tucumanas


CLG dialogó con Ana, una de las impulsoras, quien dio detalles de su movimiento y los cascos fríos

CLG dialogó con Ana, una de las impulsoras, quien dio detalles de su movimiento y los cascos fríos

Un grupo de cuatro mujeres tucumanas lanzó hace poco más de un año una iniciativa solidaria llamada «Quimio con Pelo». Todas tienen algo en común: fueron diagnosticadas con cáncer y atravesaron el tratamiento correspondiente utilizando cascos fríos para no perder el cabello en esa difícil prueba que les puso la vida. La existencia de este mecanismo no era muy conocida y, en muchas ocasiones, los pacientes se enteraban tarde de que estaba la posibilidad. Entonces, ellas decidieron crear este grupo para difundir y prestar los cascos.

CLG dialogó con Ana, una de estas mujeres fundadoras que, tras un momento de dificultad, encontraron una manera de ayudar a otros a pasar por lo mismo que ellas de la mejor manera posible. «Luego del tratamiento de quimioterapia usando los cascos, decidimos armar una cadena solidaria de cascos para que más chicas puedan usarlos y atravesar las quimios sin perder el pelo», dijo para comenzar.

«Nosotras los usamos y comprobamos que no se nos caía, por lo que pudimos atravesar las quimios con más autoestima», contó. A lo que añadió: «Quisimos replicar esto y que más chicas lo puedan usar». Entonces pusieron manos a la obra.

Primero crearon «El casco rosa», pero ese sitio mutó rápidamente cuando se sumaron mujeres «que no usaban el casco pero que necesitaban hablar con otras mujeres que hayan pasado por lo mismo, que se les cuente las experiencias y consejos». Se formó un grupo más allá de los cascos fríos y se convirtió en un lugar de «ayuda y sostén».

En ese momento, Ana decidió crear otro perfil de Instagram y lo nombró: «Quimio con Pelo Tucumán». Esta vez sí, más específico. «Tuvo mucha difusión y a partir de ahí empezamos con Quimio con Pelo Argentina, para que en cada provincia haya un grupo o una referente porque con tanta repercusión nos contactaron de otros lados», comentó. Y agregó: «Si bien podemos ayudarlas a armar los cascos y cómo usarlos, no podemos prestar porque estamos lejos».

En ese sentido, no quiso dejar de remarcar: «Es algo solidario. Los cascos no se venden. Se prestan. La idea es hacer una cadena solidaria en la que las personas los van usando y después prestando a alguien que necesita». «Nosotras en Tucumán tenemos seis juegos de cascos y estamos comprando otros más; mientras los comparten entre dos personas a las que no les coincide la fecha de quimio», detalló.

«Los cascos funcionan congelando los folículos pilosos de la cabeza, cuando están contraídos por tanto frío entonces la sangre no pasa por ahí y no llega medicación que es intravenosa. No llega y no se cae el pelo», explicó. Así, continuó: «El tratamiento está avalado y comprobado con las máquinas en Europa y Estados Unidos. Los cascos son una réplica. Cada persona debe consultar a su oncólogo si autoriza el uso o no».

A la hora de tomar la decisión «muchos consultan si por el uso de los cascos puede quedar una célula mala en ese lugar», Ana señaló que a ellas les «explicaron que como es superficial eso no pasa». De todas maneras, enfatizó la importancia de que cada paciente consulte a su oncólogo.

https://www.instagram.com/p/B7gHYCvlAgc/

«Cada persona lo puede armar de forma casera, nosotras pasamos el número del representante que los venden más baratos para uso oncológico. Nosotras sabemos que esa marca funciona porque es químicamente gel, no se endurece y se adapta a la forma de la cabeza», aseveró. Además, precisó: «El uso es desde la primera quimio, porque sino la medicación ya llega a los folículos. Por eso la importancia de que se enteren a tiempo. Tienen que estar frizados desde 48 horas antes de la quimio y se cambia cada media hora. Se ponen una hora antes, durante la quimio y una hora después».

Para otro lado, informó: «El casco es para mujeres y varones, no está cerrado a mujeres, pero la mayoría que nos contactan son chicas. No se recomienda a niños y adultos mayores, porque además de someterse a quimioterapia hay que soportar unos cascos fríos, que te congelan la cabeza, a veces son hasta dolorosos. No se lo recomiendan».

Más allá de su experiencia positiva y de promover su difusión, antes de terminar, subrayó: «El uso de los cascos es una decisión personal. Muchas chicas prefieren perder el pelo». «Quien lo quiera usar tiene que estar autorizado por el oncólogo porque no sirve para todos los tipos de cáncer y porque algunos médicos no lo recomiendan, la mayoría sí», concluyó.