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Quilmes: abogado del jubilado detenido por matar a un ladrón dijo que es «un error judicial»


"No queremos que lo mate la Justicia, queremos que llegue a juicio oral para que podamos probar su más absoluta inocencia", dijo el abogado del hombre acusado de matar de un balazo a uno de los cinco delincuentes que ingresaron a robar a su casa

 

El abogado del hombre de 71 años acusado de matar de un balazo en el tórax a uno de los cinco delincuentes que el viernes pasado ingresaron a robar a su casa del partido bonaerense de Quilmes consideró que su detención es «un error judicial» y que, debido a su estado de salud «se está abusando arbitrariamente de una persona a la que no mataron de milagro».

Por su parte, los tres hijos del jubilado, quien tiene desde hace décadas una herrería en la zona de Quilmes, cuestionaron también la decisión judicial, destacaron que su padre tiene «serios problemas de salud» y aseguraron que es un «hombre de trabajo» que «quiso defender lo suyo»

«No queremos que lo mate la Justicia, queremos que llegue a juicio oral para que podamos probar su más absoluta inocencia», dijo esta mañana al canal TN el abogado Marino Cid Aparicio, defensor del herrero Adolfo Ríos.

El letrado apuntó contra el proceso llevado a cabo a partir de la detención del jubilado, ya que «el sábado por la mañana, que fue cuando lo indagaron», el fiscal Ariel Rivas, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 de Quilmes, le había asegurado «que posiblemente no lo iban a detener, que se iba a morigerar y podía estar en su casa».

«Para el mediodía habían cambiado tres veces la calificación, pasó de defensa propia a abuso en la defensa, a homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego, que tiene una pena mínima de diez años y cuatro meses» de prisión, explicó.

Además, señaló que Ríos tiene un «estado de salud gravísimo» y en ese sentido se refirió a la Convención Interamericana de Derechos Humanos de Personas Mayores, a la cual Argentina suscribió en 2017, «que dice claramente que no pueden estar sujetados durante mucho tiempo, aún cuando estén sometidos a procesos».

«Ahora nos enteramos de que los delincuentes que lo atacaron son barrabravas del club Quilmes, que como no hay fútbol, se dedican a asaltar», añadió.

En tanto, aseveró que si bien la fiscalía considera que «el ladrón estaba en estado de indefensión, el único que estaba en estado de indefensión es este pobre hombre, rodeado por cinco barrabravas fuertemente armados y con un auto de apoyo».

«Esto es un error judicial, yo sé que había un cúmulo de detenidos muy importante el sábado a la mañana, y no hicieron la evaluación correcta desde la fiscalía de lo que ha pasado ni el análisis correcto de los videos», concluyó.

Por otra parte, el hijo del jubilado, Federico, acompañado por sus dos hermanas y vecinos, dijo esta mañana que su padre «quiso defender lo suyo» y que «ahora está en una situación que no salió a buscar sino que entró a su casa» y que «se trató de defender» porque «tiene sangre en las venas».

«Tengo a mi viejo detenido, no lo mataron acá adentro de mi casa porque se defendió, no lo mataron en la calle; si no lo mató todo eso, quizás lo mata el encierro, la angustia», expresó.

Federico agregó que ahora temen «miedo» de sufrir represalias, mientras que Cecilia, otra hija de Ríos, dijo que teme por la salud de su padre, ya que «es un hombre enfermo, que tiene problemas de salud, le falta un riñón, tiene bloqueo en las arterias, tuvo infartos y tiene EPOC».

Mas tarde, los familiares se trasladaron a la puerta de la fscalía de Quilmes, donde otra hija del detenido, Gabriela, aseguró indignada que «Quilmes es tierra de nadie», que están «a merced de los chorros» y que el que está detenido es su padre, «un hombre que trabajó toda su vida».

El hecho ocurrió el viernes cerca de las 5, cuando los ladrones ingresaron a la vivienda de Ríos, ubicada Ayolas al 2700, en Quilmes Oeste, luego de trepar la medianera de un vecino.

El jubilado fue sorprendido mientras dormía y fue golpeado e intimidado por los asaltantes con un destornillador mientras le exigían dinero, y en ese momento extrajo una pistola Bersa Thunder calibre 9 milímetros de su propiedad y les efectuó al menos seis disparos que los hizo huir de inmediato.

Dos de los ladrones quedaron registrados por cámaras de seguridad mientras huían a la carrera, mientras que uno minuto después se observa a un tercero que escapa rengueando por una herida de una de sus piernas y, luego de doblar en la esquina, a unos 60 metros de la vivienda, se sienta en el suelo.

En las filmaciones se ve además cómo el ladrón, que se encontraba desarmado, forcejeó con Ríos cuando el hombre se dirigió hacia él portando el arma de fuego hasta que en un momento dejó de moverse, por lo que los investigadores creen que ese fue el momento en que le disparó en el tórax.