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Quieren prohibir el coro de insultos a Macri en las canchas


La furia que generaron en el gobierno los insultos al presidente Mauricio Macri en diferentes espacios públicos, en especial estadios de fútbol, encontró ayer socios inesperados para tapar el sol con la mano: por un lado, uno de los sindicatos de árbitros del fútbol argentino, Sadra, sugirió a la AFA que analice suspender los partidos cuando las hinchadas insulten al presidente; por otro lado, el abogado constitucionalista Daniel Sabsay afirmó que las hinchas que canten contra Macri deberían tener algún tipo de sanción porque “impactan contra la investidura presidencial”. Al mismo tiempo, en el intento de enmarcarlo en una eventual conspiración política, un legislador cercano al oficialismo, el tucumano radical José Cano, dijo que los insultos “están orquestados, no son espontáneos”.

Los cantos en contra de Macri comenzaron en la cancha de San Lorenzo, cuando jugó ante Boca, hace tres semanas, y se fueron multiplicando después en el Monumental de River y otros estadios de fútbol, de básquet (Obras) así como en otros eventos, como recitales (Guasones) y espectáculos teatrales, y hasta en la estación de la línea D del subte porteño. El último concierto fue el lunes por la noche y el coro estuvo a cargo de la hinchada de Gimnasia y Esgrima La Plata. La letra de la canción siempre la misma: Mauricio Macri LPQTP, repetido al infinito.

Los que quieren prohibir

A la hora de enumerar argumentos contra los insultos tribuneros, Sabsay dijo: “Me parece muy grave el agravio que no afecta sólo a este presidente, también a otros, porque daña las instituciones y, con el tiempo, al sistema republicano”. Y explicó: “Creo que es pasible de sanciones. No puede ser tomado de forma alegre, lúdica, pasiblemente. Yo no he visto que en otras canchas del mundo ocurra algo similar”.

En sintonía con el abogado, Guillermo Marconi, del Sadra, dijo ayer: “Estamos analizando suspender los partidos y viendo la cuestión legal”, y justificó la aplicación de medidas “si se encuadra dentro de un acto de discriminación”.

El presidente de la AFA, Claudio Tapia le transmitió a Marconi que se trata de “un tema político”, que “no es jurisdicción de los árbitros parar” los partidos ante los insultos al presidente, aunque “el tema será puesto en consideración del Comité Ejecutivo” de la AFA.

“Pueden insultar, aún sin razón”

En contraposición a los dichos de Sabsay, el constitucionalista santafesino Domingo Rondina advirtió en diálogo con El Ciudadano que  “de ningún modo la investidura presidencial impide los cantos en una cancha de fútbol, de ningún modo  impide la libertad de expresión”. Para el abogado, “el ser funcionario público permite que lo puedan insultar aún sin razón; lo que no se puede hacer con un particular, sí se puede con un funcionario público”.

“Tanto es así –prosiguió Rondina– que a propuesta del ex presidente Néstor Kirchner el Congreso de la Nación despenalizó los insultos a funcionarios. Incluso cuando se lo acusa de un delito o lo insultan, eso no es punible. Esto se inscribe en la más antigua tradición yanqui, donde cualquier expresión, por agraviante que sea, si es contra un funcionario público, es admitida. Porque la libertad de expresión más tutelada es la libertad de expresión vinculada a la política, porque si de algún modo los gobiernos empiezan  a impedir expresiones políticas, por más burdas que sea, corremos el riesgo de que sólo puedan opinar los licenciados en ciencias políticas”.

Al referirse en especial a los insultos contra Macri, el abogado dijo: “Cada uno se expresa como puede. Si  las hinchadas empiezan a gritar barbaridades, ¿qué le vas a pedir? ¿qué escriban un tratado y lo manden por mesa de entrada? Esto no tiene que ver con la xenofobia, es un caso de opinión política burda, o debate áspero, como le llaman los yanquis. Lo importante es el respeto a la opinión política y sobre todo porque recae sobre un funcionario público”.

Rondina insistió en que “según el Código Penal Argentino el funcionario está obligado a aguantarse cualquier cosa, por la reforma que impulsó Kirchner para cumplir con un fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, donde a pedido del Cels dispuso que no se podría punir la opinión política en la Argentina, por más que fuese agresiva”.

Desde el fútbol

Sobre el mismo tema, el ex árbitro de fútbol Claudio Martín le dijo a El Ciudadano: “No me parece que los partidos de fútbol se deban parar por este tipo de cosas. Entre todas las cosas que pasan en el fútbol, va a estar el juego más detenido que otra cosa. Una hinchada te puede manejar el ritmo del partido, tienen que buscar otra soluciones, multas o algo por el estilo, no creo que esta sea la adecuada”.

Al mismo tiempo, el presidente de la Asociación Rosarina de Fútbol, Mario Giammaría, explicó que “el reglamento es muy claro,  y habla de insultos xenófobos y racistas”, como motivos suficientes como para detener un partido. Reconoció que las tribunas siempre “fueron medios de expresión popular” y recordó los tiempos de la dictadura militar, cuando fueron los estadios de los primeros lugares en manifestarse. Para Giammaría, la idea fue “un exceso de una agrupación gremial” que exigiría un cambio en el reglamento de la AFA.

“El deseo de impedir que haya críticas”

El antropólogo e investigador del Conicet José Garriga explicó a El Ciudadano que la reacción frente a los insultos a Macri en los estadios le dan “la sensación de que hay en el gobierno un deseo de impedir que haya críticas en los espacios públicos y sobre todo en las redes sociales”.

“Es como un espíritu de época, que quiere aplacar las voces que no son las que ellos quieren escuchar, sobre todo en los espacios públicos. Donde aquel que critica al gobierno es perseguido políticamente y judicialmente. Esto me parece que no acontecía en los gobiernos anteriores, o al menos no con tanta fuerza”.

También calificó como “un sinsentido que se suspendan los partidos por los insultos”, porque resulta “mucho más grave que las hinchadas digan que van a matar a un rival”, porque “cada vez que decimos que vamos a matar a un rival tiene un efecto real”.

También habló de “la paranoia persecutiva, que tampoco no es totalmente de este gobierno”. Y pidió analizar “cómo se piensa al otro, como un enemigo que hay que perseguir políticamente”.

“Si te insultan, te insultan, es parte de la profesión política. Nadie los obligó a ser funcionarios públicos”, finalizó.

OJO CON EL ARGUMENTO

Georgina Orellano, secretaria general de Ammar (Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina) se preguntó ayer en las redes sociales: “¿Cuál será la argumentación de discriminación que utilizará el sindicato de árbitros para frenar los partidos cuando insulten a Macri?”. Y agregaron: “Si apelan a que lo están agraviando al gritarle «la puta que te parió» las putas lo llevaremos al Inadi a ellos, porque el agravio es hacia nosotras”.

FUENTE: El Ciudadano