CLG dialogó con Agustina Cannarozzo, impulsora de esta carta, quien contó qué fue lo que la motivó. La ordenanza original fue presentada por la concejala del Frente Social y Popular, Celeste Lepratti, y fue aprobada con una votación dividida: 13 a favor y 10 en contra. La resolución pide que se remuevan los símbolos e imágenes religiosas instaladas en espacios comunes en escuelas y hospitales públicos con jurisdicción en la ciudad. Luego de su aprobación, la medida generó opiniones divididas en la sociedad rosarina, muchos se mostraron a favor, pero otros se manifestaron en contra, alegando que atentaba contra la pluralidad religiosa. Ahora, el concejal socialista Horacio Ghirardi parece dar marcha atrás con esta medida y la razón es justamente la nota presentada al Concejo por Agustina Cannarozzo. La joven de 25 años, recibida en la facultad de Ciencias Políticas, contó que no poseía mucha experiencia en este ámbito de la política: «Siempre tuve una inquietud social y política muy grande, pero era la primera vez que escribía una nota así«. Y agregó: «Me sorprendió la gran acogida que tuvo en todos lados».
«El pedido es reconsiderar la petición del Concejo por todo el valor humano que hay detrás de estos símbolos espirituales»[caption id="attachment_111406" align="alignleft" width="351"]
Agustina Cannarozzo[/caption]
Agustina cuenta cómo fue armando esta nota que provocó un cambio de rumbo en el Concejo: «Cuando salió esto una amiga me sugirió presentar un escrito, así que empecé a hablar con distintas personas para armarla. Le escribí a algunos representantes religiosos como evangélicos, judíos o sacerdotes católicos. También traté de abarcar la mayor cantidad de zonas y profesiones de la ciudad». Y añadió: «Tuve la suerte de poder participar de una reunión de la Mesa Interreligiosa, que sirvió para darle la base de las ideas de la nota«.
Si bien la nota fue firmada por dos integrantes de la Mesa Interreligiosa, la agrupación aclaró que no ha presentado ni presentará ninguna declaración sobre la resolución que solicitaba la remoción de símbolos religiosos en lugares públicos.
Agustina cuenta que durante el proceso de redacción, hubo una situación que le dio un gran sostén a su nota: «Hablé con un médico que trabaja en el Hospital Provincial que apoyó y firmó la nota, pero con el que también hice un recorrido. Allí me mostró una repisa en la sala de terapia en la que había una imagen de la Virgen y un Buda. Se notaba que el mismo personal del hospital le tenía cierto aprecio a esa repisa, estaba muy bien cuidada. Por otro lado se notaba que la gente lo necesitaba, es un lugar al que se acude en momentos de mucho sufrimiento«.
«Pensamos mucho en la gente que circula los hospitales, en muchos casos el espacio espiritual es parte del tratamiento, es un aspecto humano de los pacientes y los familiares«, agregó.
Por otra parte, se refirió al cambio de posición del edil socialista: «Estoy muy impresionada de que el mismo día en que La Capital publicó esta información el concejal Ghirardi llamó a una reunión al diálogo con los diferentes credos. Que los concejales estén dispuestos a dar marcha atrás me sorprendió«.
Por último, Agustina reflejó la esencia de la nota publicada y envió un mensaje de unidad para la sociedad rosarina: «Tratamos de dar un paso más allá y no quedarse sólo en el hecho de las imágenes, sino pensar en toda la gente. Es bueno que la ciudad aprenda a darle lugar a lo espiritual, sea del credo que sea. Es propio de la pluralidad con la que se quiere vivir«.
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