Con un alto perfil como funcionaria del menemismo, regresa a la administración pública convocada por Alberto Fernández
Claudia Elena Bello, de 61 años, volverá a la administración pública luego de varios años en la sombra, tras haber tenido un alto perfil como funcionaria en los años del menemismo, cuando fue eje de varias polémicas.
Bello fue subsecretaria de prensa de la Juventud Peronista de la Capital Federal en 1987, cargo desde el que apoyó la campaña presidencial de Carlos Menem.
El triunfo de Menem impulsó su carrera política, ya que al principio de la gestión asumió como subsecretaria de la Juventud de la Nación.
Durante estos años tuvo una estrecha relación con el entonces ministro de Justicia y actual funcionario de Alberto Fernández, Gustavo Béliz.
Luego fue designada como subsecretaria de Acción Pública y Derechos Humanos y, posteriormente, secretaria de Relaciones con la Comunidad del Ministerio del Interior, cargo desde el cual pasó a ser designada como interventora federal de la provincia de Corrientes, en 1992.
Al frente de esa provincia convocó a elecciones a gobernador, pero el proceso terminó en un escándalo rodeado de sospechas de sobornos con participación de la Casa Rosada.
Ante esto, Bello debió solicitar a la Justicia la anulación de las elecciones y después la sucedió como interventora Ideler Tonelli, quien reformó la Constitución provincial y llamó a nuevas elecciones.
Años después, Raúl Romero Feris, quien resultó ganador de esos comicios, denunció que durante la gestión de Bello la provincia se había endeudado en 70 millones de dólares.
Tras su paso por Corrientes, Bello regresó a la Ciudad de Buenos Aires y asumió como secretaria de la Función Pública, puesto que ocupó hasta el final del segundo mandato de Menem.
En este cargo también fue señalada por casos de corrupción: se la acusó de haber incurrido en contrataciones irregulares en el proyecto «Y2K», adjudicando en forma directa y sin licitación, contratos por nueve millones de dólares para la campaña de prevención a posibles daños en las computadoras por la llegada del año 2000.
Los delitos que se le imputaron fueron incumplimiento de los deberes de funcionario público y negociaciones incompatibles, que le impedirían de manera perpetua ejercer cargos públicos, pero diez años después, el Tribunal Oral Federal 1 decidió absolverla.
Luego, en 2014, el Tribunal Oral resolvió que la causa había prescripto y por ese motivo Bello fue absuelta.
Tras el fin del menemismo, la dirigente bajó su perfil y se le conocieron actividades como haber creado una agrupación política en apoyo de la presidencia de Eduardo Duhalde y, más acá en el tiempo, haber respaldado el proyecto de Sergio Massa como líder del Frente Renovador.