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Quemas en las islas: advierten sobre las consecuencias de vivir en Rosario con el humo de los humedales


Foto: Juan José García (CLG)

Distintos informes realizados por la UNR revelan los alarmantes niveles de contaminación del aire y los efectos que pueden recaer sobre la salud de la población

Las consecuencias sobre la salud de los rosarinos y el ambiente que produce, y sobre todo provocará en el mediano y largo plazo, el aire cargado de micropartículas de las quemas en las islas del Delta del Paraná son imposibles de dimensionar en la actualidad. Sin embargo, el grupo de investigadores de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) que mide el impacto en la calidad del aire por los incendios determinó que esta semana la ciudad llegó a duplicar el promedio diario fijado por la OMS.

Mediante equipos homologados bajo estándares internacionales se determinó que durante los primeros días de agosto y hasta esta última semana, hubo valores que superaron el máximo tolerable establecido (50 microgramos/m3), con picos que alcanzaron los 297 microgramos/m3 durante el 10 de agosto, en plena quema de pastizales en el humedal, donde ya hay más de 50 mil hectáreas arrasadas por el fuego intencional.

Las directrices de la OMS fijan los valores límites promedio en 24 horas en 15 microgramos/m3 para PM2.5 (en el gráfico la línea roja). Es decir que hubo un pico de 18 veces arriba del máximo.

En el caso del primer relevevamiento, se utilizaron tres puestos en puntos equidistantes de la ciudad tales como La Cambeira al 600 (Punto1 – Pueblo Nuevo, Villa Gobernador Galvez); avenida Juan Pablo II al 1700 bis (Punto 2 – Rosario Norte); y Parque del Monumento Nacional a la Bandera (Punto 3 – Rosario Centro).

Foto: Juan José García

Adriana Ipiña, investigadora en el Instituto de Física Rosario (UNR-Conicet) y coordinadora del equipo, afirmó que en Santa Fe no están legislados los límites permitidos de partículas en aire y el único parámetro para comparar el daño a la salud es el fijado por la OMS.

Se trata de un promedio de 24 horas “pero esa escala no contempla eventos como los que estamos viviendo donde en un corto periodo tiene niveles altísimos y luego baja, por lo tanto el promedio no parece ser tan alto”.

La UNR cuenta con un instrumento propio de medición ubicado en el centro de Rosario, a una cuadra del Teatro El Círculo. “Mide la concentración del material particulado, menor a 2,5 y a 10 micrones. Es decir, mide la misma variable pero en diferentes tamaños”, señaló la investigadora.

Foto: Juan José García

El instrumento es portátil, se coloca en una terraza y mide minuto a minuto la concentración de la cantidad de partículas en el aire, lo que marca el nivel de calidad del mismo. Los investigadores lo utilizaron para analizar esta concentración a lo largo del tiempo, ya que esta herramienta permite realizar el monitorear las 24 horas del día.

La investigadora aclaró que normalmente en Rosario, al ser una zona que no está rodeada de montañas y que posee una topografía que permite que circulen los vientos, las concentraciones de aerosoles o material particulado son bajas a lo largo del año. “Esto es porque tiene un pulmón natural, como es el Humedal de Río Paraná. Entonces cada vez que los vientos ingresan, limpian la polución propia de la ciudad. Lo que ocurrió con los incendios, es que los índices se elevaron mucho. Esto significa que dependemos de la dirección de los vientos porque son los que arrastran el material particulado a Rosario”.

Esto significa que si hay muchos focos de incendio y los vientos soplan en dirección este, todo el humo y la polución es arrastrado a la zona urbana. “Hay que tener en cuenta que muchas veces no es necesario que los incendios estén bien enfrente de Rosario, por ejemplo, el 22 de julio los mismos estaban ocurriendo a la altura de Villa Constitución y San Nicolás, y gracias a los vientos del sudeste, la polución llegó a nuestra ciudad”.

La OMS ha establecido que la contaminación del aire conlleva efectos en la salud incluso en concentraciones muy bajas; de hecho, no se ha podido identificar ningún umbral por debajo del cual no se hayan observado daños para la salud. Por consiguiente, los límites que recomiendan sus directrices pretenden delimitar las concentraciones más bajas posibles.

Las partículas que están en el aire “no sólo son perjudiciales por el tamaño, sino también por su composición

“Esto todavía no está determinado en profundidad debido a que estos eventos se han suscitado los últimos días y, sobre todo, porque no hay suficiente personal capacitado para este tipo de estudios en la medida y la velocidad en que se están dando”, explicó.

Foto: Observatorio Ambiental de la UNR

Conjuntamente, Ipiña resaltó que los escasos antecedentes científicos sobre estos impactos apuntan a que “la toxicidad (de micropartículas emanadas por las quemas forestales detectadas en Rosario) es mayor a la que producen las industrias, el tráfico y otras actividades humanas en las grandes urbes. Eso está publicado como presunción fundada, pero no estudiada en profundidad”.

Por esa razón, los investigadores consideran que hay que ponerle mucha atención a esos cortos intervalos donde se recibe el aire contaminado. “Es como si estuviéramos un rato en una cámara de gas con una alta concentración, y durante el resto del día no tuviéramos nada de contaminación. O sea, tenemos un choque muy alto y de pronto se limpia, pero la capacidad de recuperación del cuerpo no es la misma que la de la naturaleza”, concluyó Ipiña.