Los bolivianos seguían hoy, a más de 24 horas del cierre de las urnas, sin noticias fehacientes del resultado de las elecciones presidenciales de ayer, luego de que el escrutinio provisorio se detuviera y el definitivo avanzara solo hasta la mitad, en ambos casos con perspectivas de que deba realizarse un balotaje.
En ese contexto, el principal candidato opositor, el ex presidente Carlos Mesa, llamó a una «movilización democrática» para evitar que haya fraude y el gobierno prometió transparencia y pidió «no cargar innecesariamente el ambiente».
Mesa obtenía 42,51% de los sufragios contra 42,46% del presidente Evo Morales con 53,01% del escrutinio definitivo completado, informó el Tribunal Supremo Electoral (TSE) poco antes de las 18 (las 19 en la Argentina).
Hasta entonces, el clima era tenso por las denuncias de Mesa y otros sectores opositores, luego de que el conteo provisorio del TSE se hubiera interrumpido anoche con ventaja de 45,7% a 37,8% a favor de Morales con 83% de los sufragios computados.
Horas antes de que se conocieran los datos del escrutinio definitivo, Mesa pidió en conferencia de prensa a partidos opositores y organizaciones cívicas que apoyaran una «movilización democrática» frente a la sede del TSE, con el objeto de que los funcionarios de este organismo sintieran «la fuerza de la gente».
El ex mandatario denunció la paralización del conteo provisorio pese a que la autoridad electoral se había comprometido a completarlo.
«Esta manipulación, lo que está tratando es de bloquear completamente la segunda vuelta», advirtió Mesa, según recogió la agencia de noticias EFE.
«No vamos a permitir un nuevo 21-F», dijo en alusión al referendo del 21 de febrero de 2016, cuando la mayoría de los bolivianos rechazó la posibilidad de que Morales pudiera aspirar ahora a un cuarto mandato consecutivo, prohibido por la Constitución pero finalmente autorizado por un fallo del Tribunal Constitucional.
Mesa acusó a la autoridad electoral de actuar «de manera arbitraria, discrecional, y obviamente por órdenes del gobierno de Evo Morales», porque «el gobierno está intentando a través del TSE eliminar el camino a la segunda vuelta».
Mientras tanto, la misión de observación electoral que desplegó la Organización de Estados Americanos (OEA) en los nueve departamentos bolivianos advirtió por Twitter que «es crucial que este proceso se lleve a cabo con agilidad y transparencia».
Del lado del gobierno, el ministro de Comunicación, Manuel Canelas, intentó garantizar a la oposición y a la comunidad internacional un recuento transparente de los votos y pidió «no cargar innecesariamente el ambiente» con protestas.
El funcionario reclamó que todos fueran «respetuosos» con el trabajo del TSE, exhortó a «otros sectores políticos» a ser responsables, sostuvo que «no es correcto generar confusión» y aseguró que «no es verdad» que el organismo electoral se comprometiera a divulgar los resultados preliminares al 100%.
En tanto, el canciller, Diego Pary, afirmó que países como la Argentina, Brasil y Estados Unidos, así como organismos internacionales como la OEA y la Unión Europea (UE), iban a ser invitados a seguir en vivo el recuento.
«Nos interesa que el proceso concluya con toda la transparencia», dijo.
Tanto Canelas como Pary auguraron que el triunfo de Morales sería «claro».
Los bolivianos fueron ayer a las urnas para escoger al próximo presidente entre nueve candidatos, además de a legisladores y autoridades regionales y locales.
Si ninguno de los candidatos obtiene la mitad más uno de los sufragios o al menos 40% con una diferencia de 10 puntos porcentuales sobre el segundo, los dos más votados deberán medirse en segunda vuelta el 15 de diciembre próximo.