Smartmatic es la empresa venezolana que debutará en Argentina en estas elecciones como la encargada del escrutinio provisorio, reemplazando por vía digital la carga de datos, dejando así atrás la vía terrestre en manos del Correo Argentino, como funcionó en todos los comicios del país.
Sin embargo, la medida, que promete acelerar el proceso, no fue bien recibida en la oposición. Tanto desde el Partido Justicialista como desde Consenso Federal pusieron sus reparos ante las denuncias alrededor del mundo que tiene Smartmatic y, luego de las fallas en las pruebas pilotos, hablaron de un posible fraude y exigieron que la firma sea apartada.
No sólo la oposición puso sus reparos respecto al nuevo mecanismo .También lo hicieron destacados especialistas en software, apuntando que el código fuente de SmartTally es cerrado: es decir que no se conocen los lineamientos con los que fue realizado ese programa y bajo qué instrucciones funciona. En este marco, sólo la empresa puede observar el código, imposibilitando así la fiscalización ciudadana.
A las fallas detectadas y la desinformación atrás del código cerrado, a Smartmatic se le suma un largo prontuario de denuncias alrededor del mundo por irregularidades en el sistema de votación electrónica, otros de los servicios que presta la empresa.
#Ahora #MonteGrande A partir de que la información del telegrama se encuentra en el servidor, la solución de transcripción permite que dos digitadores capacitados visualicen, de forma independiente en sus pantallas, los campos de un mismo telegrama, y digiten los valores pic.twitter.com/n4HF7G0yoW
— Smartmatic Español (@SmartmaticEsp) July 13, 2019
En Filipinas participó de varias elecciones, hasta que en 2017 las autoridades de la firma fueron denunciadas por “acceso ilegal, interferencia en los datos e interferencia en los sistemas”. En Bélgica, fue parte de los comicios de la región de Flandes, donde también registró fallas en sus sistemas, con 600 informes de computadoras que funcionaban mal, asignando votos a un candidato que no recibió. La empresa se terminó yendo del país con una abultada multa y sin poder operar más allí.
En 2006 en tanto, también se registraron irregularidades y retrasos en elecciones en Estados Unidos, en Chicago. En 2018, la empresa participó de las elecciones legislativas en El Salvador, con una falla en el software: la asignación de votos alteraba el orden de los candidatos y ubicaba primero al candidato con menos votos. Con el 80% de las mesas escrutadas, la empresa habló de un error humano y recibió una severa multa.
La firma había tenido en la última década una participación relevante en las elecciones venezolanas que la popularizaron, aunque su rol en el régimen chavista terminó de la peor manera: Smartmatic cerró sus oficinas en el país caribeño el año pasado. Acusó al Consejo Nacional Electoral de adulterar el resultado de los comicios para la Asamblea Nacional Constituyente del 2017. Antes de eso, la compañía había funcionado durante 15 años y asistido en 14 elecciones.
La sucursal argentina de Smartmatic -«una sociedad de responsabilidad limitada constituida según las leyes de los Países Bajos», según el Boletín Oficial- fue inscripta en el país en febrero del 2015 con un capital inicial de 5 mil dólares y representada legalmente por Chandler Vladimir Molina Colmenares, un venezolano con domicilio real en la ciudad de Panamá. El 100% del capital de la compañía es controlado por SGO Corporation Limited, con domicilio en Londres, Inglaterra, según los registros.