La psoriasis es una enfermedad crónica que impacta en todo el sistema del ser humano, pero que suele verse en toda la piel. En Argentina se estima que entre el 2 y el 3% de la población padecen de esta patología, lo que representaría alrededor de 800 mil a un millón de personas.
La misma no es contagiosa y el 80% de los casos se manifiesta a través de la aparición de placas rojizas, blancas o plateadas, escamosas y engrosadas que pican, duelen, se agrietan y a veces sangran.
Es una enfermedad crónica de la piel que evoluciona en forma de brotes y se caracteriza por la aparición de manchas rojas con escamas de color blanquecino que se localizan sobre todo en el cuero cabelludo, los codos y las rodillas, provocando un cierto quemor y picor.
Además puede causar un fuerte impacto negativo sobre la calidad de vida, en parte por el grado de estigmatización social que en algunos casos todavía genera, por lo cual expertos destacan que es muy favorable que se siga investigando para desarrollar cada vez mejores tratamientos, que permitan obtener resultados más profundos.
El doctor Gabriel Magariños, consultor en Dermatología del Hospital Houssay de Vicente López, explicó: «Los pacientes hoy cuentan con tópicos (cremas), la fototerapia que es la exposición a rayos ultravioleta con equipos especialmente desarrollados para este fin y tratamientos sistémicos a base de comprimidos o inyecciones subcutáneas».
Magariños destacó que «lograr y sostener en el tiempo una piel sin marcas de psoriasis es una meta ambiciosa, pero cada vez se están obteniendo mejores resultados, tanto a corto como a largo plazo«.
Alrededor del 20% de los pacientes presenta la variante ‘moderada a severa’, en la que las placas afectan a más del 5% de la superficie corporal lo cual es una condición compleja donde varios mecanismos participan para desencadenar el proceso inflamatorio, pero en las últimas décadas se avanzó en el desarrollo de un abanico amplio de opciones de tratamiento.
Tras interpretar mejor los procesos que desencadenan la enfermedad, se identificó que una proteína, la interleuquina 23, cumple un rol clave y se está debatiendo a nivel internacional de que éste sería un camino más favorable para controlar la enfermedad.
Al ser consultado acerca de si existe la posibilidad de que la psoriasis estuviera subdiagnosticada, Magariños señaló que «no es una condición de difícil diagnóstico en el consultorio», a la vez que dijo: «Salvo algunas variantes muy puntuales que podrían confundirse con otras enfermedades cutáneas, la psoriasis puede identificarse clínicamente sin complicaciones, observando las zonas afectadas en la piel del paciente«.
El doctor indicó que podría existir un porcentaje de personas que nunca hayan consultado con un dermatólogo o con un clínico por las lesiones de su piel y al respecto agregó: «Es importante que lleguen al diagnóstico y se traten porque el proceso inflamatorio que se da en esta enfermedad puede ocasionar daños en otros órganos y sistemas como artritis psoriásica e infarto, entre otras».
Si bien no es contagiosa, muchos pacientes eligen cubrir las placas de su cuerpo con mangas largas y abrigos por la reacción que generan en los demás y, según varias encuestas, hay un elevado impacto de esta enfermedad en la vida de quienes la sufren.
«Es muy favorable que contemos cada vez con mejores medicamentos que permitan aclarar la piel reduciendo al mínimo las lesiones y permitiendo que las personas puedan llevar adelante su vida de una manera normal, sosteniendo ese nivel de resultados en el tiempo», reveló Magariños.