El médico Paulo Rossi Menezes, miembro del Comité de Contingencia del estado paulista, dijo que es "necesario aumentar el aislamiento", mientras el presidente opina todo lo contrario
En plena reapertura de varios estados en Brasil y pese a la constante presión del presidente Jair Bolsonaro, uno de los expertos que asesora al gobierno de San Pablo, el distrito epicentro del brote de coronavirus en el país, pidió hoy endurecer aun más la cuarentena.
«No es el momento de flexibilizar la cuarentena, es necesario aumentar el aislamiento social», explicó el médico Paulo Rossi Menezes, miembro del Comité de Contingencia del Coronavirus de San Pablo, en una entrevista con el canal CNN, citada por la agencia de noticias Ansa.
Apenas ayer, la cartera de Salud del estado había informado que las unidades de terapia intensiva del Gran San Pablo se acercan a una ocupación del 92%, mientras que en todo el estado ya superan el 75%.
La rápida expansión de la pandemia de las ultimas semanas ubicó a Brasil como el segundo con más casos en el mundo, detrás de Estados Unidos.
Hoy contabilizaba 374.898 casos confirmados (11.687 en las últimas 24 horas) y 23.473 muertes por la enfermedad (807 nuevas), informó esta noche el Ministerio de Salud.
El estado brasileño más golpeado es San Pablo con 6.163 muertos y casi 12.000 enfermos internados.
En este contexto y con una curva de contagio que no cede, el gobernador paulista, Joao Doria, anticipó para hoy el feriado del Día de la Revolución Constitucional, que normalmente se celebra el 9 de julio, mientras define cómo seguirá la cuarentena que ya prometió flexibilizar pronto.
Además, el alcalde de San Pablo, Bruno Covas, decretó feriados municipales entre miércoles y viernes pasados, también para alentar el aislamiento.
Sin embargo los índices de confinamiento no aumentaron lo esperado y oscilaron entre el 47 y 53% en la capital estadual en los últimos días.
Los expertos estiman que se necesita un acatamiento del 70% para que la medida sea efectiva, según Ansa.
En Río de Janeiro, el segundo estado más castigado por la pandemia, el alcalde de la ciudad homónima, el pastor evangélico Marcelo Crivella, incluyó a las iglesias como “servicios esenciales” para que puedan funcionar en medio de la cuarentena, que extendió por al menos una semana más.
Crivella explicó en conferencia de prensa que si bien nunca se prohibió la actividad de los templos religiosos durante la cuarentena, la policía los obligaba a cerrar sus puertas y los feligreses no podían acceder, según la agencia EFE.
Mientras tanto, en la capital, Brasilia, Bolsonaro almorzó con el ministro de Defensa, Fernando Azevedo e Silva, y los comandantes de las Fuerzas Armadas, en la Explanada de los Ministerios.
La cita, que no había estado programada en su agenda pública, sucedió luego de semanas de tensión política por la salida del gobierno de varios ministros, la inminente definición de una investigación de la corte suprema contra el mandatario por presunta obstrucción de la Justicia y la acumulación de pedidos de juicio político contra Bolsonaro en el Congreso.