Después de haber criado a un hijo, el próximo paso más importante de la vida es ser abuelo. Y un comerciante céntrico de la ciudad mostró esa felicidad con un anuncio en la vidriera del local que dice “Feliz, voy a ser abuelo”.
Así, el dueño del comercio compartió la alegría con todos los transeúntes y automovilistas de la zona de Ovidio Lagos al 700.
Lo que está claro es que los nietos son una inyección de vida. No se los quiere ni más ni menos que a los hijos: se los quiere, sencillamente, de forma distinta por una mera cuestión evolutiva.