En el barrio Puente Gallego, en plena zona sur, funciona una agrupación de vecinos que decidieron hacerle frente a la necesidad apelando a la solidaridad. Conocé su historia
Por Diego Carballido
El barrio conocido como Puente Gallego está delimitado por el camino viejo hacia Soldini, el arroyo Saladillo, Ovidio Lagos y la vía. En esta zona, al sur de la ciudad, funciona una agrupación de vecinos que decidieron hacerle frente a la necesidad apelando a la solidaridad.
La asociación “Puente” surgió como resultado de una derrota por dirigir la vecinal del barrio. «Perdimos por pocos votos, pero decidimos seguir trabajando», le dijo Teresita Ferreyra a CLG, y agregó: «Al mismo tiempo, nos dimos cuenta que podíamos ayudar y no era necesario presidir la vecinal».
Ferreyra es la tesorera de esta agrupación de vecinos que en la actualidad brinda la merienda a los chicos del barrio, da clases de apoyo, organiza campañas de donación de sangre y también todas las semanas lleva adelante un ropero comunitario donde, quien lo necesite, puede acceder libremente a la ropa que la asociación recolecta de las donaciones. “Somos un puente entre la gente que puede dar algo y quien lo necesita”, detalló Teresita, quien se identificó como un “ama de casa que vivió toda la vida en Puente Gallego”.
“Puente” es un grupo de vecinos que trata de hacer algo frente a las numerosas necesidades que presenta esta zona cercana a Ovidio Lagos al 7500. “Yo soy mamá y me preocupan principalmente los chicos del barrio”, dijo Ferreyra, aunque también aclaró que son «una asociación que abarca diversos temas».
«Gracias a la difusión que se produce en las redes sociales logramos mostrar lo realizado, evitando que se genere desconfianza», contó Ferreyra al referirse a las numerosas actividades que “Puente” lleva adelante, como por ejemplo el taller de tejido.
A la hora de analizar el presente del barrio, Ferreyra no dudó en relatar que «en el último tiempo se nos acerca cada vez más gente. Puente Gallego es un lugar que está alejado del resto de la ciudad y donde nos conocemos todos. Notamos que se nos acercan mucha personas que antes no venía», y explicó que ellos trabajan “hasta donde podemos y con lo que podemos».
Con mucho esfuerzo, la asociación logró hacerse de un pequeño salón que tiene múltiples usos, desde salón de clases hasta lugar donde se realiza una pequeña feria o campañas de donación de sangre.
«Nos apoyamos porque consideramos que la única forma de salir adelante es en conjunto», aclaró Ferreyra, y aprovechó la oportunidad para solicitar la ayuda a todos aquellos que quieran colaborar con este espacio de zona sur. «No tenemos problema de ir a buscar lo que la gente done a cualquier punto de la ciudad», dijo Teresita y no realizó distinciones al declarar que en estos momentos «todo nos viene bien. Puede ser ropa, comida o lana que luego utilizamos en los talleres de tejido».
Quienes quieran colaborar con este espacio pueden escribir a su página o comunicarse al celular: 341-3769026
