Tras el anuncio, la alegría de algunos funcionarios sorprendidos fue atajada por los más experimentados, que hicieron un llamado a la cautela
El anuncio de que Argentina comenzó a producir la vacuna Sputnik V en Laboratorios Richmond generó una importante repercusión en las redes sociales, que se llenaron de ciudadanos celebrando la esperanzadora noticia. Sin embargo, en la Casa Rosada el festejo fue contenido y cauteloso, en medio de la preocupante segunda ola de coronavirus que aqueja al país.
La alegría de algunos funcionarios sorprendidos, que por estos días están con la mirada puesta en la lucha de clases con el gobierno porteño, fue atajada por los más experimentados, que hicieron un llamado a la cautela: en la Casa Rosada ya aprendieron que, en cuestión de vacunas contra el coronavirus, hay más cosas que pueden salir mal que las que pueden salir bien. Como antecedentes esgrimían las demoras en los contratos firmados y, como un déjà vu, el temprano festejo en 2020 de la producción local del componente base de la vacuna de Oxford-AstraZeneca. «Después, en México, tuvieron problemas con los filtros para hacer las dosis y las seguimos esperando», resumió uno de los asesores más experimentados en las negociaciones sanitarias y por ende, más precavido.
La primer partida de prueba de 21 mil dosis de Sputnik autóctona (que a la «V» rusa se completaría con las siglas V.I.D.A.) se realizó con el principio activo que llegó desde Moscú, semanas atrás, en un avión de Aerolíneas Argentinas que regresó junto a un embarque de dosis terminadas. Ahora el envasado local deberá pasar los controles de calidad de Gamaleya para obtener el aval de fabricación a gran escala. Según informó la empresa de Marcelo Figueiras en un comunicado, el objetivo es comenzar su producción en junio, con 1 millón de vacunas por mes. «Iremos aumentando hasta llegar a los cinco millones de dosis mensuales», prometió el presidente de Laboratorios Richmond al diario La Nación.
Para más adelante queda el objetivo de producir una Sputnik 100% argentina, sin depender de componentes rusos. Para ello se conformó un fideicomiso financiero por u$s 70 millones para instalar una planta para la fabricación y comercialización de vacunas, entre ellas una contra el coronavirus. La fecha hoy estimada: junio de 2022.
En principio, por ahora, no hay ningún convenio firmado con la Casa Rosada por la vacuna autóctona. Se trata de un acuerdo entre el laboratorio local y el Fondo Soberano de Inversión Ruso. No obstante, al tanto de las negociaciones, Alberto Fernández visitó a principios de febrero la fábrica de Richmond en Pilar. «Estamos muy entusiasmados con la posibilidad de producir la Sputnik V en la Argentina, vacuna con la cual ya estamos protegiendo a gran parte de nuestra población con excelentes resultados», destacó entonces el Presidente.
Desde el Gobierno destacaron, igual, un crédito otorgado al laboratorio de $ 30 millones. Como epílogo de su gira europea, con una visita a Rusia, el ministro de Economía Martín Guzmán celebró ayer la noticia con el mismo Figueiras.
La Argentina no sólo se convirtió en el primer país latinoamericano en producir la Sputnik V: también fue el primero de la región en aprobar su uso de emergencia. La inmunización en el país comenzó el 29 de diciembre pasado. Hasta el momento han arribado desde el exterior unas 8,9 millones de dosis de la vacuna rusa, y las de AstraZeneca y Sinopharm.
Con la premura de una segunda ola que ya está golpeando, después de que algunas provincias alertaran que se estaban quedando sin dosis, el Gobierno prepara un plan de vuelo con destino a China para este mismo fin de semana. También podría partir un decimotercero rumbo a Moscú.