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Protestas y gomas quemadas en Barcelona por el cierre de Nissan


Por el cierre de la fábrica, se perderán más de 23 mil puestos entre directos e indirectos

Nissan confirmó este jueves, de manera oficial, el cierre de su fábrica de Barcelona, y las protestas no tardaron en aparecer. Miles de personas se movilizaron y, con gomas quemadas incluidas, exigen que se de marcha atrás en la decisión. Se estima que desaparecerán 3.000 empleos directos y unos 20.000 indirectos.

Gianluca de Ficchy, presidente de Nissan Europa, calificó la medida de irreversible porque “después de analizar todas las posibilidades incluidas las ayudas ofrecidas por los gobiernos español y catalán la planta es inviable”, según reproduce La Vanguardia.

El cierre afecta a la fábrica de la Zona Franca y a sus dos centros productivos satélite: Montcada i Reixach, que se encarga de la chapistería, y Sant Andreu de la Barca, que suministra bastidores. También afecta a las unidades de I+D, el centro de recambios y el centro logístico del puerto de Barcelona.

Se salvan, por el contrario, las plantas de Nissan en Ávila y Cantabria, que abastecen de piezas de recambios a las plantas de Renault tanto en España como en Francia.

El presidente europeo justificó la decisión por el difícil entorno del sector y argumentó que la situación se deterioró mucho desde que hace un año se pactó un recorte de 600 empleos y se prometió invertir 70 millones para una nueva planta de pinturas.

Respecto al costo del cierre, que el Gobierno calculo en unos 1.000 millones de euros, señalaron que todo dependerá de las negociaciones que ahora empiezan.

El Ministerio de Industria expresó su oposición a la medida. “Se ha propuesto a la presidencia de la compañía japonesa la creación de un grupo de trabajo para estudiar escenarios alternativos que garanticen la continuidad de la actividad industrial. También considera que la continuidad de la planta de Barcelona es posible mediante el plan de viabilidad presentado hace unos meses a la presidencia de Nissan Motor y elaborado de manera conjunta por el Ministerio de Industria y la Generalitat de Catalunya, con el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona y el Consorcio de la Zona Franca”, destacó el ministerio en un comunicado.