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Protagonizó espectacular persecución en el centro y deberá pagar un millón por infracciones


El joven que conducía una moto y había robado un celular cometió un sinfín de contravenciones, detalladas este miércoles por la Dirección de Tránsito. Se encuentra bajo prisión preventiva

La semana pasada se viralizó un video en el que un joven ladrón huía de la policía tras arrebatar un celular. En la persecución, el “motochorro” cometió gran cantidad de infracciones de tránsito, como subirse a las veredas o transitar muchas cuadras en contramano. Por todas esas contravenciones, Facundo Agustín C. deberá pagar un millón de pesos.

La Dirección de Tránsito de Rosario definió todas las contravenciones cometidas por el joven, que actualmente se encuentra con prisión preventiva, hasta el 12 de febrero próximo. El secretario de Gobierno Municipal Gustavo Zignago informó que deberá pagar un millón de pesos por la gran cantidad de infracciones cometidas durante el procedimiento.

«Aparte de anular el carnet, se ordenó a la Dirección de Tránsito para que determine las infracciones. El director general de la repartición definió las conductas descriptas en el acta y deberá ser juzgado por el Tribunal de Faltas. Las infracciones tienen previstas multas que ascienden al tope máximo del millón de pesos», explicó Zignago a Radio 2.

A Facundo Agustín C. le atribuyeron “desobediencia de los semáforos, circulación a contramano, sinuosa y detenciones imprudentes; no acatar la autoridad, circular por acera y ciclovía; y poner en riesgo a peatones, ciclistas y automovilistas”.

El joven fue imputado el pasado lunes por el fiscal Aníbal Vescovo, quien lo acusó por “hurto en grado de tentativa, daño, resistencia a la autoridad, daño calificado por ser para impedir el libre ejercicio de la autoridad, lesiones dolosas y encubrimiento, todos hechos en concurso real; y conducción peligrosa”. Además, ordenó su detención.

Por acuerdo de la Defensa y la Fiscalía se fijó la prisión preventiva efectiva hasta el 12 de febrero. La Defensa intentará comprobar que los diez teléfonos secuestrados en la casa de Facundo C. son de la familia.