La CEA presentará un documento que propone la extensión del decreto 234/21 para los proyectos de inversión que sustituyen importaciones
La producción de energía es capital intensiva y muy demandante de un fondeo inicial millonario, para lo cual la Argentina podría conseguir tres fuentes alternativas de financiamiento de sus proyectos de energías renovables y a bajo costo, de acuerdo con una propuesta de la Cámara Eólica Argentina (CEA).
La Ley 27.191 de promoción de las energías renovables llevó al sector eólico a invertir US$ 3.500 millones e incorporar a la red 2.981 Mw a junio de este año, cuando todavía existe un inventario de proyectos de al menos otros 2.000 Mw que requerirán financiamiento por US$ 2.400 millones adicionales. Esta perspectiva de cumplir con los proyectos pendientes, pero más aún poder asegurar la continuidad de desarrollo, obliga a buscar fuentes alternativas de financiamiento para complementar al capital local.
La CEA, en un documento que presentará en las próximas semanas, propone al respecto la extensión del decreto 234/21 para los proyectos de inversión que sustituyen importaciones, la coordinación con organismos multilaterales para la obtención de financiamiento y el canje de deuda por cambio climático.
«El financiamiento externo fue una gran herramienta para el desarrollo de la energía eólica y tiene una gran ventaja. Son acuerdos a tasas bajas, con un gran desembolso inicial de divisas para la puesta en marcha de los proyectos y con una devolución a muy largo plazo, de 15 a 20 años», explicó Gustavo Castagnino vicepresidente de la CEA.
Para el directivo «hay que romper con algunos mitos respecto al financiamiento y la presión sobre las divisas. Es todo lo contrario: la inversión en renovables ayuda a bajar esa presión por las características del financiamiento de largo plazo, pero a la vez ayuda a limitar la importación de combustibles, libera la capacidad de exportación y genera una cadena de valor». Para el desarrollo local «es clave considerar una enorme oferta de financiamiento para proyectos sostenibles, que existe por parte de los fondos de inversión, pero también por bancos de desarrollo multilaterales», aseguró.
Estas entidades, dijo Castagnino, «se están poniendo como objetivo apoyar la transición energética en todo el mundo. Hay una necesidad y una oferta muy grande de este financiamiento que, atentos a los efectos de la transición energética, ofrecen mejores condiciones a proyectos verdes. Es un buen momento para que la Argentina pueda desarrollar esa oferta de financiamiento», concluyó.