Por Emilia Ottogalli
Un grupo de trabajadores del campo en Entre Ríos están convocando para este viernes a las 17 un corte en la ruta nacional 14 en contra de la prohibición de fumigar en zonas aledañas a escuelas rurales. Desde el sector entienden que esta normativa perjudica «sus intereses». Lo que pretenden es que el gobernador de la provincia, Gustavo Bordet, les permita seguir fumigando en esos lugares más allá de que haya un fallo judicial que lo niega.
CLG dialogó con Carolina Acosta, asesora ambiental con un amplio conocimiento en el tema, para entender el reclamo y la prohibición. Considerando que Entre Ríos está altamente afectado por esto, el pedido por parte de los agricultores «podría tener severas consecuencias».
La Sociedad Rural de la provincia y la Federación Agraria convocaron para la tarde de este viernes a todos los productores de la región a la Ruta 14. La finalidad de este encuentro es “redactar un documento dirigido al gobernador Gustavo Bordet” para pedirle directamente que conduzca su reclamo.
«La provincia de Entre Ríos es el lugar más afectado por agrotóxicos en el mundo»
Acosta fue muy crítica con la utilización de «agrotóxicos» (como ella misma los denominó) en el suelo argentino. «Hay un autor que dice que Argentina es el experimento a nivel mundial para la prueba de agrotóxicos, y realmente está siendo así. La provincia de Entre Ríos es el lugar más afectado por estos en el mundo», comenzó explicando.
«El glifosato ingresa en el cuerpo por un montón de fuentes»
Se refirió, así, a los daños que la aplicación de este tipo de químicos ya ha generado en esta zona: «Hay muchísimos niños que han nacido con malformaciones y hubo también abortos espontáneos en mujeres que tienen hijos que asisten a estas escuelas». En este sentido, es importante destacar que no sólo están afectadas aquellas personas que son expuestas directamente a las sustancias, sino que «el glifosato ingresa en el cuerpo por un montón de fuentes».
«Nadie queda exento»
«Nosotros decimos: ‘nos salvamos porque no tenemos un campo lindero a estas ciudades’. En realidad el glifosato sigue el ciclo del agua. Se evapora de la tierra, forma las nubes de condensación y después aparece en las ciudades en forma de precipitaciones. Incluso estamos consumiendo alimentos que fueron fumigados», relató. Y aseveró: «Nadie queda exento».
En cuanto al reclamo de los productores agropecuarios, la asesora ambiental consideró: «Es entendible el planteo, ya que ellos hablan de una fuente laboral, pero deberían ver que no están planteando puestos sanos y que no tienen impacto. Deberían ser más conscientes, porque ellos, sus hijos y sus nietos están siendo afectados».
«La persona que no ha sido informada o educada no puede reaccionar o tomar posición»
En otro orden, destacó la importancia de la información y el estar al tanto de los posibles efectos de estos agrotóxicos. «La persona que no ha sido informada o educada no puede reaccionar o tomar posición. Hay muchísimas familias que ni siquiera saben que están siendo fumigadas y el impacto que tiene esto en sus vidas y en sus hijos», detalló.
Asimismo, contó que en ecología se habla de «sustentabilidad» y que ello implica «mantener un sistema de vida durante un tiempo indeterminado» y que «tanto lo ecológico como lo social, económico y político tienen que estar equilibrados». En este caso, enfatizó, «no es así».
«Ellos no estarían planteando un equilibrio, porque le están dando mayor importancia a mantener un trabajo»
«No le podés dar mayor importancia a lo económico arrasando lo ecológico. Porque justamente eso no es sustentable. Actualmente, el modelo que tenemos no es indeterminado. Más de 30 años no dura. Te agota el suelo, contamina por completo todo el ciclo del agua y te genera muchísimas enfermedades en la población», profundizó.
«En esta caso, ellos no estarían planteando un equilibrio, porque le están dando mayor importancia a mantener un trabajo», sentenció.