La justicia criminal dictó este martes el procesamiento por el delito de «homicidio culposo» del médico y la anestesista que condujeron la endoscopía que terminó con la muerte de Débora Pérez Volpin. Se los consideró responsables del fallecimiento de la periodista.
Con esta decisión del juez Carlos Bruniard, el médico endoscopista Diego Bialolenkier y la anestesista Nélida Puente aguardarán en libertad el juicio penal. En el procesamiento, que incluyó un embargo de 1,7 millones de pesos a cada uno, el juez consideró responsables a ambos profesionales de «provocar la muerte de la señora Débora Denise Pérez Volpin al haber obrado en forma imperita, negligentemente y sin observar las reglas del arte de curar».
Bruniard dio por probado que Pérez Volpin «no presentaba ninguna deficiencia en su salud o integridad física» y acusó a Bialolenkier de conducirse en modo negligente «durante la ejecución, en el manejo de los instrumentos y en la evaluación y tratamiento de la paciente durante la práctica», lo que provocó las lesiones mortales.
Sobre Puente, el magistrado señaló que «obró negligentemente al desatender el estado y los valores multiparamétricos de la paciente mientras el doctor Bialolenkier realizaba la VEDA (videoendoscopía digestiva alta), no advirtiendo a tiempo el cuadro que presentaba la misma como consecuencia de la perforación instrumental».
En sus declaraciones testimoniales, Bialolenkier y Puente se acusaron mutuamente por la muerte de la periodista pero el juez determinó que las responsabilidades fueron compartidas. En su descargo, Bialolenkier había asegurado que el ingreso del endoscopio al cuerpo de Pérez Volpin no contempló ninguna dificultad, pero el juez advirtió que el propio médico anotó en la historia clínica que el ingreso fue “con distensibilidad dificultosa del tracto digestivo”.
En cuanto a Puente, las evidencias recogidas durante la instrucción permitieron al juez considerar que «la médica, confiada en que se trataba de un estudio de rutina en el cual estadísticamente no se registran complicaciones, desatendió los signos vitales de su paciente, recostándose en el equipo que la monitoreaba».
Bruniard determinó que los procesados esperen el juicio en libertad porque «las condiciones personales de los imputados, la participación activa de ambos en el seguimiento del proceso y la comparecencia ante el llamado del Tribunal, me permiten concluir que ni Bialolenkier ni Puente intentarán eludir la acción de la justicia o entorpecer las investigaciones».