Opinión

Por Diego Añaños

Prioridades


Foto: Infobae

Por Diego Añaños

Se dice que gobernar es, entre otras cosas, establecer un sistema de prioridades. Es decir, decidir acerca de lo urgente, lo importante, y lo postergable. La gestión de lo público se enfrenta, además, con un límite objetivo, dado que los recursos son escasos. En este contexto, escaso no significa poco, sino simplemente no ilimitado, y dada la escasez de los recursos es preciso decidir cómo vamos a distribuirlos.

Las declaraciones de Alberto Fernández en el programa de Roberto Navarro le pusieron un poco de pimienta a una campaña que venía anodina, ya que puso sobre la mesa un debate fundamental, el de las prioridades. Asumió como compromiso de campaña un incremento para el sector pasivo y afirmó que “para financiar un aumento del 20% para los jubilados vamos a dejar de pagar los intereses de Leliq que la Argentina está pagando todos los días”.

Los principales medios de comunicación nacionales, interpretando las palabras de Fernández, titularon que en caso de ganar, no honraría los compromisos del Estado y dejaría de pagar los intereses de las Leliq. Inmediatamente, algunos de los integrantes de su equipo económico (Matías Kulfas, Guillermo Nielsen y Arnaldo Bocco), salieron a echar luz sobre las palabras del candidato, y sostuvieron que la idea no era dejar de pagar, sino dejar de pagar ese nivel de intereses. Básicamente, y para no complicar, tomar la decisión de bajar la tasa de política monetaria del Banco Central (que es hoy la más alta del Mundo), con el objetivo destinar esos fondos a otro fines (jubilaciones, estímulo a la producción, etc).

Como decía Carlos Burgueño el martes en Ambito, es la segunda estocada de Fernández al programa financiero de Macri. La primera fue la semana pasada y se orientó al inmenso déficit financiero que dejará como herencia Cambiemos a la próxima gestión, escondido detrás de los titulares que dicen que el las metas de reducción del déficit se están sobrecumpliendo. Fernández, en esa oportunidad, aclaró que el déficit del que habla Dujovne es el déficit primario (ingresos menos gastos), pero no da cuenta del déficit causado por el pago de obligaciones financieras. El macrismo salió a responder inmediatamente que los cálculos de Fernández eran inexactos, que la estimación no era apropiada y que, básicamente, y teniendo en cuenta el déficit total, la situación no había cambiado sustancialmente. Sin embargo, y aún otorgándole el beneficio de la duda al gobierno, los cambios cualitativos en la composición del déficit tienen como correlato una mayor inflación, mayor pobreza, mayor desempleo, mayor endeudamiento y recesión. En el mejor de los casos, y en la más benevolente de las lecturas, la política económica de Macri se hace muy difícil de defender.

Las Leliq son un un instrumento financiero que utiliza el Banco Central para eliminar pesos de la calle. Concretamente, los bancos le entregan sus pesos al BCRA y reciben a cambio un papel que dice que recibirán un determinado rendimiento (expresado como una tasa de interés) por ese dinero que entregan. La idea es esterilizar (sacar de circulación) esos pesos para evitar que se dirijan a comprar dólares, y de ese modo tener pisada su cotización. Hoy por hoy es la única medida económica que tiene el Gobierno, y está conducida por un solo objetivo: evitar que el dólar se dispare antes de las Paso.

Las declaraciones de Alberto Fernández acerca de las Leliq causaron mucho revuelo, porque ponen en cuestión al modelo especulativo de Cambiemos. Lo llamo modelo especulativo porque la especulación financiera produce mayores ganancias que la producción. Este año se pagarán alrededor de 690.000 millones de pesos en concepto de intereses de Leliqs, veamos la magnitud de la cifra comparándola con otras.

Federico Kucher realizó algunos cálculos que publicó en un artículo en Página 12. Pudo establecer que se pagan diariamente $1.892 millones de intereses de Leliq, lo que equivale a U$S45 millones diarios (en octubre eran U$S23 millones, por lo que se duplicó el costo en algo más de 6 meses). Con 10 días de intereses de Leliq se podrían construir 82 jardines de infantes y 46 escuelas primarias. También se podría pagar el sueldo a los más de 20 mil investigadores y becarios de Conicet por un año. El pago ANUAL de Leliq es equivalente a más de dos presupuestos completos de Educación, Cultura, Ciencia y Técnica, sumados. Es más de 20 veces el presupuesto anual de Vivienda y Urbanismo, más de 20 veces el presupuesto anual de Agua potable y alcantarillado, y entre 4 y 5 veces el presupuesto anual de Salud.

Debemos pensar a estas elecciones como un proceso donde lo que se eligen no son candidatos, sino modelos a partir de los cuales se distribuyen los recursos sociales. Incluso si abandonáramos la idea del modelo especulativo como una elección deliberada de la gestión, nos encontramos con un gobierno que sigue atacando las manifestaciones fenoménicas, pero no el problema, y es que la Argentina NO CRECE. Un estudio reciente de la Cepal sostiene que el PBI nacional se contraerá un 1,8%, bastante por encima de las previsiones del FMI que situaban la caída en un 1,3%. El REM proyectaba un caída de 1,2% en enero y de 1,5% en julio (último dato). Si la prioridad es que el dólar no se escape antes de las elecciones, y para eso instalo tasas que pulverizan el crédito, las posibilidades de crecer desaparecen junto con la posibilidad de resolver los problemas fundamentales de la economía argentina.