Un grupo de investigadores japoneses anunció este viernes haber trasplantado células madre pluripotentes inducidas (iPS) en el cerebro de un paciente aquejado de la enfermedad de Parkinson, el primer ensayo de este tipo en el mundo.
El equipo de la universidad de Kioto inyectó 2,4 millones de células iPS -capaces de generar cualquier tipo de células- en la parte izquierda del cerebro durante una operación de tres horas realizada en octubre.
El hombre, de unos 50 años, soportó bien el tratamiento y permanecerá dos años bajo vigilancia, precisó la universidad de Kioto en un comunicado.
Si surge algún problema en los próximos seis meses, los investigadores implantarán 2,4 millones de células adicionales, esta vez en la parte derecha del cerebro.
Estas células iPS procedentes de donantes sanos deben supuestamente desarrollarse en neuronas productoras de dopamina, un neurotransmisor que interviene en el control de la motricidad.
La universidad de Kioto anunció en julio que haría un ensayo clínico con siete personas de entre 50 y 69 años.
La enfermedad de Parkinson se caracteriza por la degeneración neuronal, con síntomas que se agravan progresivamente, como temblores, rigidez muscular y una pérdida de la capacidad de movimiento del cuerpo.
Afecta a más de diez millones de personas en el mundo, según la Fundación contra la Enfermedad de Parkinson estadounidense. Las terapias actualmente disponibles «mejoran los síntomas sin ralentizar la progresión de la enfermedad», explica la fundación.
Las nuevas investigaciones tienen por objetivo hacer retroceder el mal.
Antes del ensayo clínico en humanos se hizo un experimento con monos con células madre de origen humano que permitieron mejorar la capacidad de movimiento de los primates aquejados por un tipo de Parkinson, según un estudio publicado a finales de agosto de 2017 en la revista científica Nature.
Durante dos años se siguió de cerca el nivel de supervivencia de las células trasplantadas por inyección en el cerebro de los primates y no se detectó tumor alguno.
Las células madre pluripotentes inducidas (iPS, por sus siglas en inglés) son células adultas reducidas a su estado casi embrionario para que generen cuatro genes (normalmente inactivos en las adultas). Esta manipulación genética le devuelve la capacidad de producir cualquier célula en función del lugar del cuerpo donde se trasplanten.
El uso de células iPS no plantea problemas éticos importantes, al contrario de las células madre obtenidas de embriones humanos.