Economía

Prevén una producción de maíz y soja de 98 millones de toneladas en la próxima campaña


Según las proyecciones, se trataría de una merma de alrededor de 4% respecto al ciclo anterior

La producción conjunta de maíz y soja alcanzará las 98 millones de toneladas durante la la próxima campaña gruesa, con una merma de alrededor de 4% respecto al ciclo anterior cuando se ubicó en 102,2 millones de toneladas, en base a las proyecciones de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).

Según la entidad bursátil rosarina, la producción de maíz se ubicará en torno a 48 millones de toneladas, 3,5 millones de toneladas menos que en la campaña 2019/20, mientras que la soja alcanzaría las 50 millones de toneladas, con una merma de 700.000 toneladas frente al período previo.

Si bien el maíz mostrará una caída intercampaña de 7% si se concretan los guarismos, se llegó a esta proyección de producción tras aumentar la estimación de siembra del cereal, que pasó de 6,75 millones de hectáreas la semana pasada a 7 millones de hectáreas en el informe publicado hoy por la Bolsa de Comercio de Rosario.

La suma de 250.000 hectáreas más se debió a las importantes lluvias que se registaron la semana pasada en la franja central del área agrícola, que cursaba una marcada sequía, y a la suba de los valores internacionales del grano, explicaron desde la BCR.

Sin embargo, desde la entidad plantearon que «la siembra maicera arranca con peores indicadores» que el año pasado en lo que respecta a las reservas de agua, por lo que si no llueve durante el mes, los productores se inclinarán por las siembras tardías.

Respecto al trigo, la BCR estimó su producción en 18 millones de toneladas, cuando a principio de la campaña las proyecciones ubicaban la cosecha entre 21 y 22 millones de toneladas.

La falta de lluvias y las heladas recurrentes afectaron el desarrollo del cultivo, aunque las últimas lluvias podrían impulsar su productividad.

No obstante, las lluvias no se hicieron presente en el norte y el oeste del país, por lo que los cultivos implantados en Chaco y gran parte de Córdoba siguen afectados por un marcado déficit hídrico.