La preocupación por la cada vez más frecuente aparición de yacarés en ríos y lagunas de Tucumán, bastante lejos de sus habitats naturales, se renovó en los últimos días con la viralización de imágenes de un ejemplar de unos dos metros de largo cazado a balazos por grupo de jóvenes.
La cacería se habría registrado en una laguna de la zona de Santa Bárbara o Los Aguirre, en la región este de la provincia y muy cerca de San Miguel de Tucumán, y la viralización de las imágenes causó preocupación, aunque tampoco faltaron las expresiones de repudio hacia los jóvenes que mataron al animal.
Tres años atrás, un blog de pescadores ya había alertado sobre la presencia de yacarés en el sur de la provincia, en una zona conocida como El 40, bañada por el río Marapa antes de su desembocadura en El Frontal. Las denuncias sobre apariciones de yacarés en distintas partes de la provincia dan la pauta que los animales no solo se están diseminando sino también reproduciendo sin problemas.
Según se conoce, una hembra de yacaré -animal típico del Litoral argentino- puede poner hasta 40 huevos por temporada, lo que explicaría el crecimiento de la población de la especie al no estar en territorio tucumano sus depredadores naturales.
En cuanto a cómo llegaron a Tucumán, existen dos versiones que justificarían su presencia en la provincia, y en ambas se señala a un empresario como quien los hizo traer de las provincias mesopotámicas siete años atrás. Una de las versiones indica que ese empresario intentó montar un criadero de yacarés en la zona de Bella Vista y la otra indica que el encargue tuvo como objetivo contar con los animales como mascotas en un matadero de su propiedad. Ambas versiones coinciden en que, en circunstancias desconocidas, los animales escaparon y quedaron en libertad, en un hecho que nunca fue denunciado.
Hace unos años, y al comenzar las denuncias sobre avistamiento de yacarés en territorio tucumano, la Dirección de Recursos Naturales de la provincia había pedido a la población que informara la presencia de estos animales en un intento por controlarlos.
«Hay una historia extraoficial: que el dueño de un matadero de la zona los trajo y se le escaparon. No son nativos y se han reproducido. Hay registros de observación de yacarés de hace años y se están reproduciendo. Es difícil controlarlos en este punto», dijo Juan Pablo Juliá, biólogo y director de la Reserva Experimental de Horco Molle de la UNT, al diario La Gaceta. Indicó que si bien esos yacarés están fuera de su área natural, tampoco son tan extraños al entorno, ya que se los encuentra en la región (Salta y Jujuy) y eso explicaría por qué se adaptaron tan bien a la provincia.
«Normalmente somos reticentes a proteger especies exóticas, porque muchas veces traen problemas en los ecosistemas de donde no son originarios. Claro que uno podría suponer que esos problemas no serían tan graves acá, porque el ambiente es muy similar. Crear una reserva para proteger una especie exótica va a contramano de lo que normalmente se propone cuando se quiere crear una reserva, así que no sería un opción en este caso», enfatizó el biólogo.
Para el especialista, la presencia de los yacarés no implica riesgos para las personas: «Normalmente, el animal huye cuando te ve. No es un animal peligroso para el ser humano». Consideró que los yacarés probablemente estén ampliando su área de distribución a lo largo de la cuenca del río Salí.
En la zona de Santa Bárbara, en la escuela N° 39 «Andrés Chazarreta» aparecieron varios yacarés pequeños y la comuna dispuso que personal municipal inspeccione los alrededores de tres lagunas, aunque se trata de varios kilómetros de monte y cañaverales que ofrecen dificultades para el acceso.