Las abejas son mundialmente conocidas por producir miel, cera, propóleos y polen. Además, la preciosa jalea real e incluso su veneno, utilizado en apiterapia. Otras personas las recuerdan por el dolor de haber sido picadas alguna vez. Sin embargo, lo que pocas personas saben es que son las mejores y más eficientes polinizadoras de la naturaleza y que corren peligro de desaparecer.
Las abejas desempeñan un papel infinitamente importante con la polinización, que es responsable de la reproducción y perpetuación de miles de especies de plantas, la producción de alimentos, salvar el medio ambiente y mantener el equilibrio de los ecosistemas.
En todo el mundo hay 20 mil especies de abejas. Sólo en Brasil hay más de 3 mil especies, la mayoría de las abejas nativas sin aguijón.
En los últimos años un gran problema aqueja a la apicultura: la desaparición y muerte masiva de abejas. De proporciones significativas – sólo en los EE.UU., uno de cada tres enjambres se pierde cada año-, en Brasil y América Latina se están empezando a movilizar a través de los diversos informes de mortalidad de abejas.
Mediante la campaña “Sin abejas, sin comida” los apicultores buscan crear conciencia sobre la importancia de estos polinizadores y la necesidad de su protección.
Según un informe de FAO, el 85% de las plantas de bosques y selvas para su floración, y el 70% de las culturas agrícolas, dependen de las abejas polinizadoras. La polinización de las abejas es fundamental para garantizar una alta productividad y calidad de la fruta en varios cultivos.