Referentes del Centro Unión Almaceneros y de la Cámara de Kioscos alertan de un presente complicado y un futuro peor
El panorama para los pequeños comercios rosarinos se vuelve cada vez más complejo. Desde el Centro Unión Almaceneros y la Cámara de Kioscos de Rosario advirtieron que la actividad atraviesa un momento crítico y que la rentabilidad cayó a niveles que ponen en riesgo la continuidad de negocios tradicionales en todos los barrios de la ciudad.
“Ya no es rentable abrir un kiosco o un almacén”, coincidieron referentes de ambos sectores. La fuerte caída del consumo, los aumentos constantes en las listas de precios y el impacto de tarifas y alquileres generaron un combo que derivó en el cierre de locales históricos, incluso de comerciantes con más de 15 años de permanencia en sus barrios.
Tarifas impagables y más cierres
El referente de los almaceneros de Rosario, Juan Milito, trazó un dato elocuente: una factura promedio de luz que en enero de 2024 rondaba los $90.000, pasó a $380.000 en enero de 2025 y podría llegar a $600.000 en 2026. A eso se suman aumentos mensuales del 3% al 6% y picos como alimentos (10%) o cigarrillos (13%), sin incluir alquileres que continúan subiendo.
“En los últimos tres meses vimos cerrar socios históricos. No podían renovar contratos ni sostener costos”, explicó Milito en diálogo con La Capital. Y fue contundente: “La perspectiva a corto y mediano plazo es aún más crítica. La demanda no mejora porque los salarios están congelados. Los comerciantes tenemos la soga al cuello”.
Ventas que ya no alcanzan y salarios que quedan atrás
El dirigente marcó que las ventas no acompañan el ritmo de la inflación. “Mientras una gaseosa sube 2,3% mensual, los salarios crecieron apenas 1,5%. Así es imposible”, señaló.
El fiado, una tradición que parecía perderse, volvió a ocupar un rol central entre pequeños comercios de barrio. Muchos almaceneros reconocen que deben fiar a clientes de toda la vida, especialmente jubilados, o habilitar pagos con tarjeta para compras básicas.
“Hay comerciantes que no llegan a juntar para pagar monotributo y alquiler. El aguinaldo de mucha gente irá directo a saldar deudas”, agregó Milito.
El kiosco rosarino, otro rubro contra las cuerdas
Desde la Cámara de Kiosqueros, la situación es igual de dura. Su representante, Marcos Difilippo, afirmó: “Ya no es rentable abrir un kiosco en Rosario. Antes alguien con un ahorro se animaba; hoy directamente lo descarta”.
Las listas de precios muestran aumentos del 6% en bebidas, 10% en panificados, snacks y lácteos, y 13% en cigarrillos, lo que se traduce en una caída del consumo: “Un padre o madre necesita al menos $4.000 por día para el desayuno o la merienda escolar de sus hijos”, graficó.
A esto se suma el costo de la energía. “Un kiosco con seis heladeras, cortadora de fiambre y aire acondicionado paga entre $300.000 y $350.000 solo de luz. Tenemos colegas que pagan más de luz que de alquiler”, lamentó Difilippo.
Un cierre de año sin alivio
Ambas entidades coincidieron en que diciembre agravó el panorama: las empresas proveedoras dejaron de aplicar descuentos, por lo que los aumentos de listas se trasladan directamente al consumidor. En ese contexto, la rentabilidad se achica cada vez más y deja a cientos de pequeños comercios rosarinos al borde del cierre.
La preocupación crece en un sector históricamente clave para los barrios de Rosario, donde el kiosco y el almacén son referencia cotidiana. Hoy, la supervivencia depende de resistir costos que no paran de subir y de una recuperación del consumo que, por ahora, no aparece.
