Ocurrió en las ciudades de Jerusalén, Ashbod y Bnei Brak
Tres ciudades de Israel fueron escenario este domingo de disturbios entre comunidades ultraortodoxas y la Policía, que intentaba clausurar escuelas religiosas que violaban las restricciones impuestas por el Gobierno para contener la propagación del coronavirus.
Las tres ciudades donde comunidades ultraortodoxas se enfrentaron con la Policía fueron Jerusalén, Ashbod y Bnei Brak, mientras que a nivel nacional, el Gobierno decidió cerrar el aeropuerto internacional Ben Gurion.
En el barrio de Mea Shearim, el más antiguo de la comunidad ultraortodoxa en Jerusalén, cientos de personas confrontaron a la Policía mientras intentaba cerrar una yeshiva -escuela religiosa judía- que se había abierto ilegalmente.
Los policías fueron rápidamente rodeados por una multitud que los insultó y arrojó basura, informó hoy la vocera del departamento de Policía, citada por la agencia de noticias Sputnik, y agregó que una persona había sido detenida.
Algo similar ocurrió también hoy en la ciudad costera de Ashdod, donde la Policía volvió a cerrar una escuela primaria de a comunidad ultraortodoxa, que había abierto a pesar de que ni el Ministerio de Salud ni el de Educación permiten las clases presenciales.
«Varias decenas de personas que llegaron al lugar trataron de entrar por la fuerza al recinto y se enfrentaron a los agentes que estaban adentro», consignó el comunicado policial.
Durante el choque, los manifestantes bloquearon el tráfico, cuatro policías resultaron heridos y cuatro civiles fueron detenidos.
En tanto, en Bnei Brak, una ciudad predominantemente ultraortodoxa, estallaron varios enfrentamientos cuando la Policía intentó clausurar las escuelas vinculadas al grupo jasídico Vizhnitz, explicó la fuerza local, quien prometió continuar imponiendo las restricciones dictadas por el Gobierno «en todas las comunidades».
En las últimas 24 horas Israel sumó 4.933 contagios de coronavirus y 75 decesos, cifras que elevaron los totales desde el inicio de la pandemia a 593.961 y 4.341, respectivamente, según la base de datos de la Universidad Johns Hopkins.
Con el objetivo de frenar el ritmo de contagios, las autoridades impusieron entre viernes 8 y hasta el 31 de enero el cierre de escuelas y guarderías, con la excepción de la educación especial, mientras que los centros comerciales no pueden abrir y los restaurantes solo pueden servir pedidos a domicilio.
Además, el Gobierno aprobó hoy el cierre del aeropuerto internacional de Ben Gurion, por siete días y desde mañana lunes.
El objetivo es evitar el ingreso de las nuevas variantes del coronavirus surgidas en el Reino Unido, Sudáfrica y Brasil, que se creen son más contagiosas y peligrosas.
Aunque Israel avanzó rápidamente con su campaña de vacunación, algunos funcionarios temen que las vacunas existentes no sean eficaces frente a las nuevas variantes.
Sin embargo, el cierre del aeropuerto fue criticado por la ministra de Absorción e Inmigración, Pnina Tamano-Shata, quien dijo que «no es razonable» cancelar vuelos ya programados para los judíos que llegan de otros destinos como Etiopía, donde se impulsa una campaña de inmigración en los últimos meses, informó el ente de radiotelevisión nacional Kan.