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¿Por qué los probióticos son aliados de la salud y cómo actúan en el organismo?


Para tener una microbiota saludable, los niños mayores y adultos cuentan con los probióticos y prebióticos. Qué son y en qué alimentos se encuentran

Para tener una microbiota saludable, los niños mayores y adultos cuentan con los probióticos y prebióticos. Qué son y en qué alimentos se encuentran

Se tiene tan incorporada una connotación negativa respecto de los microorganismos con los que se convive que resulta difícil reconocerles el papel que algunos de ellos cumplen en el organismo.

“Hace unos años salíamos de un curso sobre microbiota y prematurez cuando una colega contó que su hermana, radicada en Canadá, era una gran conocedora del tema, pese a ser arquitecta. Nos sorprendió su comentario porque en la Argentina apenas se empezaba a hablar de la microbiota”, comienza a contar la médica Victoria Cavoti (UBA M.N. 111677).

Cavoti es patóloga con formación perinatal de una maternidad pública y dos sanatorios de alta complejidad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Tiene un posgrado en Salud Comunitaria y cuenta con experiencia en gestión de salud en el Ministerio de Salud de la Nación.

“En el supermercado de su barrio compraba probióticos en forma de jugos de fruta, yogures y avena porque el pediatra se los recomendaba para la salud intestinal y para evitar que se enfermara su hijo de 3 años. La microbiota sana y robusta es sinónimo de salud y bienestar, y los probióticos sin duda son aliados porque ofrecen múltiples beneficios. Es algo que se viene investigando y estudiando hace muchos años”, siguió con la anécdota que le dio pie para caracterizar a la microbiota.

Se trata de “ese ejército de miles y miles de bacterias que se encuentran en todo el tracto gastrointestinal, piel, tracto genital, tracto respiratorio y glándulas mamarias, tiene un rol fundamental en la salud física y mental. En el intestino se produce más del 90% de la serotonina, neurotransmisor del bienestar; por esta razón, entre otras, hace unos cuantos años es que al intestino se lo llama ‘segundo cerebro’”.

Las bacterias intestinales producen ácidos grasos de cadena corta (AGCC) que tienen acción antiinflamatoria local, general y moduladora del sistema inmune, además de ser este ácido graso el combustible para renovar continuamente el epitelio intestinal. Una microbiota robusta y diversa brinda equilibrio a los sistemas digestivos, endocrinos, vasculares y metabólicos.

“El parto, el contacto piel con piel en las primeras horas del nacimiento del bebé, el calostro y la lactancia materna son factores fundamentales para la buena colonización del intestino, el establecimiento y la diversificación de la microbiota en los dos primeros años de vida”, explicó Cavoti.

Para tener una microbiota saludable, los niños mayores y adultos cuentan con la fibra de los alimentos, pero también con prebióticos y probióticos. Los prebióticos están presentes en algunas frutas, verduras y cereales, fundamentalmente de grano entero. También están disponibles como suplementos alimenticios y son sustancias que no se digieren a nivel de intestino delgado, sino que llegan al colon, donde son fermentadas selectivamente por bacterias benéficas que allí residen, como las bifidobacterias.

“Los prebióticos son un tipo de fibra alimentaria y su particularidad es que son fermentados exclusivamente por bacterias que tienen efectos benéficos. Consumir prebióticos es una forma de alimentar a las bacterias que viven en nuestro intestino, mientras que consumir probióticos es una forma de ingresar bacterias benéficas al intestino. Ambas estrategias son válidas para promover una mejor salud intestinal”, caracterizó Cavoti.