Sólo se analizó la situación de vulnerabilidad en el marco de la pandemia y el aislamiento
El Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA) publicó el fin de semana un informe denominado «Impacto social de las medidas de aislamiento obligatorio por Covid-19 en el área metropolitana de Buenos Aires». En el mismo se analizó la situación de vulnerabilidad en el marco de la pandemia y el aislamiento, pero se decidió no medir el número de pobres en el país.
A diferencia de lo que hace regularmente, esta vez el Observatorio no midió la pobreza, aunque sí mostró el deterioro social que se ha dado en este último tiempo. Agustín Salvia, director del organismo, explicó en el estudio que es complejo medirla en términos de «privación de ingresos de una canasta que no se puede adquirir porque no hay ofertas adecuadas».
En esa misma línea, indica que la medición de la pobreza de forma tradicional, que se hace a través de los ingresos, «se resiente en términos de validez y fiabilidad por la brusca y extendida caída experimentada en contexto de cuarentena tanto por la oferta como por la demanda de bienes y servicios».
En diálogo con El Cronista, Salvia contó que se había realizado una estimación de la pobreza que arrojaba «alrededor de un 45% a mediados de abril. Pero el problema es que la gente no accede a la canasta, pero no sabemos si porque no quiere o no puede. Hay productos que no están disponibles y otros que no tienen precio». Por esto, considera que la canasta no es un buen parámetro para evaluar la capacidad de compra.
De cara al futuro, el organismo tenía planeada la encuesta anual a partir de julio y ahí sí volverán a medir la pobreza. Aunque dudan de que se pueda llevar a cabo por el aislamiento. «Por más que haya una nueva normalidad, no va a dejar menos pobreza, ya sea el 38% del Indec o el 40,8% nuestro. La pobreza no será menor a eso», concluyó.