Por: Roberto Debbag (MN 60.253), médico, vicepresidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica.
Se acerca el invierno y con éste las enfermedades respiratorias estacionales como la gripe. La vacunación contra la gripe es importante para prevenir la enfermedad y para disminuir sus complicaciones. Además, en el contexto que estamos viviendo de la pandemia de COVID-19, contribuirá a evitar una sobrecarga en el sistema de salud, evitar infecciones simultaneas (COVID-19 e Influenza) y seguramente mayor tasa de complicaciones.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 10 millones de personas son hospitalizadas anualmente debido a complicaciones por influenza. Las epidemias anuales causan 3 a 5 millones de casos graves y 290.000 a 650.000 muertes en el mundo. En la Argentina, se estima que se presentan 254.000 casos de enfermedad de tipo influenza anualmente.
La mejor forma de protegerse contra la gripe es vacunarse todos los años. ¿Por qué todos los años?, por dos motivos. En primer lugar, porque la protección inmunitaria que genera la vacuna disminuye con el tiempo. En segundo lugar, debido a que los virus de la influenza cambian constantemente y las vacunas se actualizan cada temporada para brindar protección contra los virus que, según las investigaciones y análisis de las muestras, podrían ser los más comunes. La OMS hace recomendaciones para que se actualicen las composiciones de las vacunas.
Para estar protegidos contra la gripe, todas las personas mayores de 6 meses deberían vacunarse. La vacunación contra la influenza es especialmente importante para las personas con alto riesgo de presentar complicaciones graves a causa de la enfermedad. El Ministerio de Salud incluye en el calendario la vacunación antigripal para los grupos de riesgo (embarazadas, niños de 6 a 24 meses, personas con enfermedades de riesgo, mayores de 65 años y personal de salud).
Las vacunas antigripales trivalentes incluyen dos cepas A y una cepa B. En 2014 se recomendó la inclusión en la vacuna de un cuarto componente, y las vacunas tetravalentes, contienen dos cepas A y dos B, por lo que brindan una protección más amplia.
La mejor época para recibir la vacuna es durante el otoño porque los anticuerpos que protegen contra la gripe se desarrollan luego de dos semanas de aplicada la vacuna. Si bien la vacuna antigripal no protege contra el coronavirus, es importante vacunarse contra la gripe para obtener la inmunidad necesaria antes de que llegue el invierno y así evitar la posible co-infección con el COVID-19.
Si bien estamos en periodo de cuarentena se debe priorizar la inmunización, siempre teniendo en cuenta que para ir a vacunarse se deben garantizar las condiciones de seguridad y observar las medidas relativas al distanciamiento social.
Además de la vacunación, para evitar la gripe, el coronavirus y otras enfermedades que se transmiten por vía respiratoria, se recomienda tomar medidas de protección personal como lavarse las manos frecuentemente, cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar con pañuelos y desecharlos correctamente, auto aislarse en caso de malestar, fiebre u otros síntomas gripales, evitar el contacto con personas enfermas y evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca.