La lechuga alcanzó esta semana un precio promedio récord de $90 el kilo en las verdulerías como consecuencia de los estragos provocados por las inundaciones, que destruyeron plantaciones y también dificultan el ingreso a los campos para el traslado.
En cuanto a la rúcula, que en los últimos años fue ganando terreno en el paladar argentino, supera los $80 la bandeja seleccionada, que alcanza para una ensalada individual.
Si bien siempre existe un componente de especulación, el sector de frutas y hortalizas responde en forma muy lineal a la oferta y la demanda, lo cual se puede observar con recorrer el Mercado Central o algunos de los centros que comercializan al por mayor en distintos puntos de la provincia de Buenos Aires, por ejemplo.
El consultor frutihortícola Mariano Winograd explicó que tres semanas de lluvias provocaron pérdidas en hortalizas, como es el caso de la lechuga, que quedó par vender a unos 90 pesos el kilo, y por primera vez es más cara que la orgánica.
Las pérdidas derivaron en que se cuadruplicara el valor habitual que pagan los verduleros primero y finalmente el público.
Tal fue el impacto climático sobre este cultivo clave en la dieta de los argentinos, que en algunas verdulerías de zonas de alto poder adquisitivo algunos verduleros llegaron a pedir 180 pesos el kilo.
De acuerdo con el barrio y la verdulería, el kilo de lechuga va de los $80 -el mejor precio de verduleros bonaerenses- a los $140 en Capital.
Mientras que el Indice de Precios al Consumidor (IPC) detallaba que en marzo el kilo de lechuga se vendía a $ 41,87 (12% menos que en la medición de febrero), en supermercados la mantecosa estaba a $79,90, la criolla a $64,90 y la francesa a $49,90.
La escalada afecta a todas las verduras de hoja verde que se producen en los alrededores de la Ciudad de Buenos Aires.
Productores de La Plata y Florencio Varela (donde hubo fuertes precipitaciones durante varios días) dijeron que la jaula de lechuga de 10 kilos pasó de un máximo de $ 80 a $ 180.
«En el Gran Buenos Aires casi es equivalente la producción en campo y en invernáculo. Pero cuando llueve casi 20 días, como ahora, el agua entra hasta en los invernaderos. Te pudre la planta o el barro la asfixia. Así, entra cuatro veces menos de lechuga al mercado: los minoristas llevan cuatro veces menos porque, por el precio, van a vender la cuarta parte de lo que vendían», explicó Winograd.
Al precio final de la lechuga se llega desde el productor, que paga una comisión al comercializador de hasta 20% y los gastos de transporte.
«El verdulero es el que remarca y se queda con un margen de 100% de ganancia. Por lo que se abstiene de vender lechuga si nadie va a aceptar ese precio», advierte Winograd.
También detalló que si el precio de las hojas verdes en la calle subió cuatro veces, en el Mercado Central «subió cinco.
Pero sigue siendo más barato que comprarle a los minoristas».
En tanto, las variedades de lechuga orgánica en una feria especializada se venden a 60 pesos el kilo tanto la mantecosa, francesa y criolla.
Los precios de las verduras de hojas verdes se mantendrán altas durante los próximos meses porque seguirá la escasez.
«Además de que se perdieron los cultivos, entre una plantación de lechuga y otra hay que esperar entre 30 y 40 días.
Por eso, por uno o dos meses, va a haber menos oferta», dijo Winograd.