El emblemático teatro venderá un retrato de su exdirector realizado por el pintor británico David Hockney con un precio estimado entre los 14 y 22 millones de dólares para recaudar fondos
Frente a la crítica situación económica por la emergencia sanitaria, el emblemático teatro Royal Opera House de Londres planea la venta de un retrato de su exdirector realizado por el pintor británico David Hockney para recaudar fondos y hacer frente a las consecuencias financieras de la pandemia de coronavirus, con un precio estimado entre los 14 y 22 millones de dólares.
Como está ocurriendo con museos, centros, teatros y otros espacios culturales de todo el mundo, el Royal Opera también está sufriendo severamente las consecuencias de la pandemia, dado que permanece cerrado desde marzo, sin recibir público y desde entonces para su subsistencia convoca a donaciones y sortea formas alternativas de acercar la cultura a través de obras y conciertos vía streaming.
Sin embargo, las medidas alternativas no fueron suficiente y por eso la institución decidió poner a la venta la obra pintada por el famoso artista británico David Hockney a finales de este mes como «una parte vital de [nuestra] estrategia de recuperación», declaró el Royal, citado por la agencia de noticias AFP.
La pintura de Hockney, que fue encargada para el edificio de Covent Garden en la década de 1970, es un retrato de David Webster, quien dirigió el Royal Opera House desde 1945 hasta 1970.
«Fue una decisión realmente difícil -dijo por su parte Alex Beard, director ejecutivo del Royal al medio Observer, según retomaron varios medios internacionales- Pero tenemos que enfrentar la situación en la que nos encontramos y si podemos seguir siendo viables y superar esto, entonces podemos volver a emplear personas en el futuro».
La obra del reconocido pintor británico, considerado uno de los más influyentes de la segunda mitad del siglo XX, se subastará en la casa Christie’s el 22 de octubre y se espera que alcance entre los 14 y 22 millones de dólares. «Las ganancias -agregó Beard al Observer- se utilizarán para garantizar que los mejores artistas del mundo puedan volver una vez más a nuestros escenarios».
El Royal Opera House cerró sus puertas a fines de marzo y en junio reabrió pero sin espectadores en vivo y transmitiendo obras por internet, como parte de un plan de recuperación que incluye despidos y otros recortes.