En el último año el crecimiento de vendedores en las calles creció de manera exponencial. CLG dialogó con Beto Riba, secretario general del gremio que los nuclea
Por Santiago Ceron
La venta ambulante siempre ha sido una fija del centro rosarino: puestos sobre las veredas, manteros y vendedores con canastas ya son parte del paisaje diario de calle San Luis, por ejemplo. En la mayoría de estos casos, son personas que realizan esta actividad por la imposibilidad económica de tener un comercio físico habilitado.
Sin embargo, producto de la apremiante situación económica del país, en los últimos meses la cantidad de vendedores ambulantes se ha disparado. Así lo explica Adalberto Ribadero, más conocido como Beto Riba, secretario general del Sindicato de Vendedores Ambulantes (Sivara) y reconocido cantante tropical de Rosario y la región.
«La venta ambulante ha crecido un 250% en el último año debido a las pérdidas de empleo. Muchos lo buscan como una alternativa de sustento para sus hogares«, explicó el referente gremial. Según detalla, los despidos que surgieron a partir de la crisis económica empujaron a muchas personas a tener que recurrir a la venta callejera.
La situación está a la vista: la peatonal Córdoba y la calle San Luis son claros ejemplos del crecimiento de esta actividad, donde cada vez hay más personas que se dirigen a vender sus productos para poder ganarse la vida.
Sin embargo, los vendedores ambulantes siempre han sido foco de conflicto con las autoridades municipales y policiales, quienes muchas veces los obligan a retirarse de sus lugares de venta: «Todo el tiempo los compañeros sufren persecución, la libertad de trabajo no se la podemos sacar a nadie y es un derecho«, lanzó Riba.
El gremialista criticó duramente al municipio: «En la actualidad tenemos una ordenanza que regula la actividad, pero no se hace respetar. Todo es a conveniencia de la Municipalidad y sus amistades. Venimos pidiendo una reunión con el intendente electo Pablo Javkin para acercarle la problemática y que juntos trabajemos para una transparencia».
«Tenemos la esperanza de que Pablo nos escuche y podamos tener una mejor regulación. Pedimos transparencia: que todos sean monotributistas y el que tiene empleados que los tenga registrados. Estamos en el único país en el que querés colaborar para un ordenamiento y se oponen los que tiene que buscar soluciones», lanzó.
«Piensan que con meter a todos en una plaza ya arreglamos todo y no es así. Los compañeros tienen que tener derechos y obligaciones: el derecho a trabajar en lugares permitidos y la obligación de pagar sus impuestos. Así pueden trabajar mejor y crecer», concluyó.
