Se vendieron 36 mil aparatos desde que arrancó marzo. Así se duplicó el ritmo habitual de este negocio como consecuencia de la pandemia y las recomendaciones de no circular
Las ventas de notebooks se dispararon este mes y con 36.000 aparatos comercializados en las tres primeras semanas en todo el país, se duplicó el ritmo habitual de este negocio como consecuencia del avance del coronavirus y las recomendaciones de no circular, que lleva a mucha gente a realizar teletrabajo.
«La verdad es que las ventas de notebooks se superan cada día más y más», aseguró el director comercial de Frávega, Alejandro Taszma, quien destacó que «la segunda semana de marzo con respecto a la primera, el crecimiento fue de 60%; y en este semana, el aumento en comparación con la primera es del 80%».
Taszma remarcó que «se venden 12.000 notebooks promedio por semana en todo el país, todos los comercios, no solo Frávega», y reconoció que «si esta tendencia siguiera se puede producir algún problema de faltante en algún tiempo no lejano».
«En los últimos días hubo un fuerte incremento de la demanda de notebooks de tipo profesional como consecuencia de la decisión de las empresas de implementar el teletrabajo. Hoy queda muy poco stock de ese tipo de computadoras», señaló Fernando Moles, gerente de XTR, empresa dedicada a la venta de equipos informáticos tanto para los mercados corporativo como de consumo.
Indicó que «en los equipos portátiles de consumo la demanda no creció tanto y no hay tantos problemas de abastecimiento».
El notorio incremento representó en tres semanas el 12% de las ventas anuales de notebooks que en Argentina suman 300.000 unidades.
Y a este ritmo, se calcula que en un par de meses habrá faltante de stock para atender semejante demanda.
Es que la industria argentina de notebooks se paralizó a partir de febrero de 2017, cuando el gobierno Mauricio Macri eliminó los aranceles de productos informáticos que eran del 35%.
Según datos de la Cámara Argentina de Multimedia, Ofimática, Comunicaciones y Afines (Camoca), a partir de esa medida se registró la pérdida de 6.000 puestos de trabajo entre directos e indirectos.
«Lamentablemente todo funcionó mal en estos tres años. Se fueron acumulando desaciertos y todo eso fue en perjuicio del consumidor. Y ahora aparece una necesidad extrema y la situación es crítica», afirmó el gerente de Camoca, Carlos Scimone.
Explicó que «hay una demora muy grande en China para suministrar equipos», y añadió que «no hay elementos para producirlos acá».
«En Argentina había nueve empresas activas en la producción, cuando eliminaron los aranceles. Quedaron seis con posibilidad de ensamblar, ya no hay fabricación», precisó Scimone, quien subrayó que «los volúmenes que se mueven son pequeños».
Estimó que «puede haber partes como para ensamblar unos 12.000 equipos más, y en stock debe haber 25.000 unidades adicionales», y reconoció: «Estamos muy justos».
«En este escenario, en el que Argentina no produce, y depende fuertemente de la importación china que está frenada por el coronavirus, en dos meses podría haber falta de stock», señaló por su parte, una fuente de una empresa que ante producía 1,5 millones de netbooks y notebooks, y dejó de fabricar tras la eliminación de aranceles.
Precisó que «el Gobierno se mostró interesado en qué capacidad para abastecer tenemos», y añadió que «lamentablemente la respuesta es que la industria ha desaparecido».
«Es compleja la situación. Se desarmaron todas las líneas productivas y puede llevar seis meses volver a ponerlas en funcionamiento», indicó la fuente, quien remarcó que «la eliminación arancelaria aniquiló a la industria».