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Por el avance del coronavirus Cáritas debió aumentar un 50% la asistencia alimentaria


Monseñor Carlos Tissera, presidente de la organización, aseguró que el Covid-19 ha generado que mucha más gente busque alimentos debido a no pueden salir a trabajar debido al aislamiento obligatorio

El presidente de Cáritas y obispo de Quilmes, monseñor Carlos Tissera, sostuvo que la organización debió aumentar en un 50 por ciento la asistencia alimentaria que brinda habitualmente ante el avance del coronavirus, y destacó el trabajo articulado que vienen haciendo el gobierno nacional con provincias y municipios, frente a la «angustiante situación de trabajadores independientes, informales o changaderos que perdieron su fuente de ingreso diario» debido al aislamiento obligatorio.

En una entrevista con Télam, Tissera repasó las líneas de acción de Cáritas, que se vieron reforzadas ante la pandemia de manera «directa, rápida y efectiva», y contó cómo se viene trabajando en el marco del comité de emergencia social que coordina el ministerio de Desarrollo Social, a cargo de Daniel Arroyo, junto a intendentes bonaerenses, organizaciones sociales y representantes de otros cultos, para reforzar la política alimentaria y el sostenimiento de los ingresos de las familias.

-¿Cómo viene desarrollando Cáritas sus tareas habituales de asistencia a la población más vulnerable en el marco del avance de la pandemia en el país?

-Hoy como siempre, a través de parroquias, capillas y centros comunitarios, Cáritas conforma una red de más de 32.000 voluntarios que están en contacto directo con los más vulnerables, hoy, de manera diferenciada por cada realidad en particular. Gracias a la respuesta solidaria de toda la sociedad, hicimos una campaña que ya concretó la entrega de más de 3.000 kits con elementos esenciales para la prevención del coronavirus, tales como lavandina, alcohol, jabón y repelente de insectos destinado a las zonas con dengue. Seguimos fortaleciendo los servicios alimentarios y en la asistencia de calle. Estamos trabajando en la adaptación de esta ayuda inmediata que brindamos a través de comedores, merenderos y puestos móviles para situaciones de calle. Entendemos que debemos apoyar a los sistemas de salud desde donde podamos. Queremos acompañar la labor del Estado, desde las condiciones y el sentido del trabajo que realiza Cáritas, apoyando y fortaleciendo dispositivos de aislamiento para los más vulnerables. Y también seguimos atendiendo las necesidades inmediatas, brindando contención y acompañamiento espiritual.

-¿Cómo observa la situación particular en su diócesis de Quilmes, donde ya se desplegaron efectivos de las fuerzas armadas para ayudar a la población?

-En los últimos días en todos nuestros centros hemos tenido que aumentar la cantidad de viandas que estábamos dando, en un 50% más, debido a que por el aislamiento social obligatorio y con un 40% de la población que vive de changas la gente no tiene que comer. También ha aumentado el pedido de ayuda de las organizaciones que acompañamos y se han sumado otras más. Ayudan aproximadamente 800 voluntarias y voluntarios que salen de sus casas hacia los comedores para que los más desprotegidos puedan llevarse una vianda de comida. Desde el Estado nacional, provincial y municipal hemos establecido contactos para sumarnos y articular en las ayudas de manera que sean lo más eficiente posible. Cáritas cuenta con una red de centros, distribuida en el territorio de los tres partidos que configuran la diócesis, donde la mayoría están ubicados en los lugares más pobres y vulnerables. Hay 62 centros que asisten a 10.000 niños y niñas de nuestros barrios. También acompañamos y ayudamos a 65 centros que nos piden ayuda y trabajamos en conjunto con otras 35 organizaciones que conformar la red sur. Esto sin contar las más de 100 Cáritas parroquiales de nuestras comunidades.

-Cáritas fue convocada para participar del comité de emergencia social. ¿Cómo observa las medidas que está adoptando el gobierno para afrontar la situación?

-Hay que destacar que desde el Estado Nacional y los gobiernos provinciales y municipales están tratando de contemplar todas las realidades, implementando medidas de ayuda económica y social para acompañar las situaciones más urgentes. Parte de este trabajo se lleva adelante en articulación con otras organizaciones como la Iglesia y Cáritas, tanto nacional como diocesanas, entre otras.

-¿De qué manera piensa que afectará la pandemia al siempre castigado conurbano bonaerense?

-Afectará en gran medida por la cantidad de personas pobres que habitan el conurbano, hoy con grandes dificultades alimentarias y sanitarias. Se suma la angustiante situación de trabajadores independientes, informales o changaderos que perdieron su fuente de ingreso diario. Hay que sumar esfuerzos con otras organizaciones y el Estado para evitar el desborde de los servicios de salud cuando llegue el pico de infectados, para eso sabemos que el aislamiento es la mejor herramienta, pero en los barrios pobres juegan en contra el hacinamiento, el hambre y la imposibilidad de hacer changas. Para ello, estamos en permanente diálogo y participando en acciones con personas, entidades y organizaciones religiosas, sociales y empresarias que quieren colaborar y aportar ante la situación de crisis sanitaria, económica y social que vive la Argentina, al igual que con los organismos del Estado, articulando acciones para que la ayuda que vamos haciendo llegar a los sectores más vulnerables sea más directa, rápida y efectiva.

-Se inicia una Semana Santa particular para la Iglesia católica. ¿Cuál es su mensaje para los fieles?

-Este fin de semana con el Domingo de Ramos iniciamos la Semana Santa. Quiera Dios bendecirnos como pueblo y mover nuestros corazones para ser generosos con los hermanos que más sufren. Que veamos el rostro de Cristo en cada necesitado o enfermo. Y que proteja a todos los que curan, trabajan y cuidan en la pandemia.