Más noticias
Opinión

Opinión

Política antiinflacionaria: ¿éxito o fracaso?


Por Diego Añaños

En las últimas horas el Indec dio a conocer la la inflación de abril, que se ubicó en un 3,4%. Recordemos que Morales Solá había dicho a fin de abril que Macri no podría soportar dos meses más con una inflación del 4%. Si pensamos que el acumulado de marzo y abril da algo más de un 8%, podemos decir que la amenaza sigue latente. Hoy por hoy la Casa Rosada festeja como un logro que el índice se ubique por debajo de los cuatro puntos porcentuales. Sin embargo, sigue siendo un triste premio consuelo: de acuerdo a las estimaciones hechas al comienzo de la gestión por el mejor equipo de los 50 años, la inflación debería debería estar en el 5% para todo 2019. Si consideramos el resultado de abril la proyección anualizada se ubica en un 55,8%, algo más de 11 veces por encima de esas previsiones, lo que la transforma en la tasa más alta desde el año 1992, cuando fue de 77%. El promedio mensual del primer cuatrimestre fue de 3,7%, casi el doble de las expectativas del gobierno a comienzos de año, que eran del 2%.

Deberíamos dedicar un comentario aparte para el rubro Alimentos y Bebidas, probablemente el más  importante de la medición. Si bien el mes pasado estuvo un poco por debajo del índice general (2,5%, frente al 4,7%), registra un aumento de 18,7% para el primer cuatrimestre, bastante por encima del 15,6% del índice general. Sin embargo, el número verdaderamente relevante es el de la ponderación anualizada: en los últimos doce meses aumentó un 66%, claramente muy por encima de la más ventajosa de las paritarias.

De acuerdo a los datos provistos por el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del BCRA del mes de abril, los principales agentes económico-financieros esperan para 2019 una inflación del 40%, “por debajo del casi 48% del 2018”, reafirman los principales medios nacionales. Claro, omiten dos datos relevantes que deberíamos incluir en el análisis:

En el REM de abril de 2018, las expectativas de inflación de aquel año se ubicaban en 22%, menos de la mitad de lo que finalmente fue (47,6%). Digamos que el margen de error de los principales analistas económico-financieros fue de casi el 120% en 8 meses. Si se repitiera ese margen en 2019, la inflación debería ser de aproximadamente un 88%.

Por otro lado, en el REM de enero de 2019, hace 4 meses, las expectativas de inflación se ubicaban en 28,5%. Como decíamos en un párrafo anterios, hoy ya se ubican en un 40%, un error de algo más del 40%. De más está decir que los números del REM no son un indicador confiable de la posible evaluación de la inflación en la Argentina.

Pretender mostrar un éxito por bajar la inflación de 4,7 a 3,4 mensual luego de 3 años y medio de una gestión que se proponía ubicarla en un 5% anual para 2019, parece más propio de un paso de comedia, que de la evaluación objetiva de un equipo económico serio.

Cuenta la historia, que en una pequeña aldea de la India, un hombre se acercó a la choza del sabio de la comunidad para consultarlo:

  • Maestro, la vida se ha vuelto insoportable. La casa es pequeña, el dinero es poco, y la familia es grande. Vivimos peleando, y ya no puedo más. Qué hago?
  • Tienes una vaca?
  • Por supuesto, claro.
  • Bueno, quiero que la pongas a vivir dentro de la casa y vuelvas en una semana a contarme cómo van las cosas.

Una semana después, el hombre vuelve a casa del sabio.

  • Bien, cómo te ha ido?
  • Maestro, imposible pensar en algo peor. Además te todos los problemas que ya teníamos, se le agrega la locura de tener un animal tan grande viviendo con nosotros. La vaca ha roto las pocas cosas que teníamos y hace sus necesidades dentro de la casa. El olor es nausaebundo. Mi familia me odia, y cada vez peleamos más. Qué hago?
  • De acuerdo, saca la vaca de la casa y vuelve la semana que viene.

Una semana después, el hombre vuelve a ver al sabio.

  • Bien, cuéntame, cómo te ha ido?
  • Increíble, las cosas han mejorado de un modo increíble. Le estaré infinitamente agradecido por su ayuda.

Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.