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Polideportivo Cristalería: un espacio municipal que no deja de transformarse


Foto: Guillermo Buelga - Secretaría de Deporte y Turismo

El amplio predio de zona norte conjuga deporte, educación, cultura y recreación para todas las edades en un ámbito familiar que disfrutan vecinas y vecinos de diversos barrios de Rosario

Dejó de ser un enorme espacio verde anónimo para tener identidad propia y desde el año 1997 se retroalimenta y nutre a diario con las vecinas y los vecinos de la zona norte de Rosario. El polideportivo Cristalería (Alberini al 3200) conjuga deporte, educación, cultura y recreación, y congrega a diversos barrios de la región y a personas de todas las edades, generando un ámbito familiar donde la calidez y solidaridad son el común denominador.

La historia marca que en 1994 un empresario de apellido Méndez cedió de corazón el lugar para que la entonces ascendente barriada tuviera un espacio de encuentro. Tres años después, la Municipalidad se hizo cargo del lugar y comenzó a generar obras que terminaron cambiando la fisonomía y dándole un marco especial a la zona norte.

Para la temporada 2006/2007 se inauguró la imponente pileta, que se gestó mediante el Presupuesto Participativo. Puertas hacia adentro hubo grandes festejos porque hasta ese momento las chicas y los chicos que concurrían a la colonia de verano debían trasladarse a diario al complejo Parque Alem para poder realizar las actividades de agua, y desde entonces hacen todo en casa.

Foto: Guillermo Buelga – Secretaría de Deporte y Turismo

 

Coordinador de toda la cancha

Cristian Arias trabaja hace muchísimas temporadas en el predio, aunque desde hace seis es el coordinador General del espacio. “La función no es sólo gestionar las actividades para los vecinos durante todo el año, sino también diagramar la campaña del verano, así la gente puede aprovechar la pileta al máximo”, contó, a la par que aclaró que en los meses de frío también hay una gran agenda: «En invierno tenemos diversas actividades para desarrollar al aire libre como zumba, diversas tareas para adultos mayores, básquet, vóley, biblioteca y talleres de cultura”.

En Cristalería concurren a diario chicas y chicos desde los cuatro años en adelante hasta llegar al plantel de adultos mayores. “Esto es algo muy lindo y bueno para todo el barrio, como también para los alrededores. Hay gente que conozco desde hace muchos años porque trabajé como profe desde antes que se hiciera la pileta”, recordó Arias.

El profe destacó: “Tuve alumnos que además en su momento fueron animadores juveniles y actualmente traen a sus hijos», y valoró que «el vínculo de la gente con el predio sigue vigente y eso es sumamente importante”.

El coordinador del poli también confesó que “ver la transformación del lugar genera placer», y agregó: «De contar con un espacio reducido para hacer actividades y ver cómo creció y las obras que se hicieron, no es un dato menor tampoco. Hay que estar muy orgulloso de tener un lugar así. La gente lo aprovecha, disfruta y valora. En zona norte es el único polideportivo municipal que hay”.

“El objetivo y desafío es permanente. Somos un equipo de trabajo que trata de dar todo a diario. Pero el mayor deseo es que la gente se apropie del lugar y despunte de las múltiples actividades educativas y recreativas que se ofrecen mediante el área de deporte comunitario”, expresó.

Asismismo, relató: “Antes de la pandemia los sábados y domingos el predio abría sus grandes puertas para que los vecinos disfrutaran el lugar los fines de semanas. Y no solo quienes viven en Cristalería sino además los de barrio Fontanarrosa, entre otros. Esto está al servicio de la comunidad”.

“Los chicos están acá adentro. Y eso es importante porque las familias saben que están cuidados. Incluso el desafío es recibir más gente. Este año sumamos más actividades”, concluyó Arias.

Foto: Guillermo Buelga – Secretaría de Deporte y Turismo

 

Animadores de la casa

Chiara Oro tiene 17 años, es animadora juvenil y desde los cuatro concurre al polideportivo. “Venía a la colonia de verano y luego comencé a ayudar a los profes. Casi toda mi familia viene al predio. Es un lugar muy lindo e importante para todos, no solo para los que vivimos en el barrio”, explicó.

«Mi tío, Franco Duarte, también fue animador. Ayudar en este espacio viene de familia. En realidad desde chica quise colaborar porque veía cómo trabajaban los profesores y animadores, que ayudaban a los chicos siempre. Es lindo dar una mano con el poli de tu barrio”, sostuvo Chiara, quien desea estudiar la carrera de Licenciatura y Tecnicatura en Nutrición, y que además piensa hacer el curso de guardavida.

“La mayoría de los nenes vienen a divertirse. Pero por ahí algunos no están pasando un buen momento y es ahí donde tratamos de ayudarlos. Al estar a su lado los podemos escuchar y aconsejar. Ellos no siempre tienen la oportunidad de ser escuchados, y que le brinden la real atención que merecen es muy importante. Incluso ellos lo valoran mucho”, confesó la joven que aspira a concretar el viaje al Cerro Champaquí “junto a todos los animadores juveniles de los predios municipales”.

Por su parte, Iván Ramos, de 22 años, concurre al predio desde los 12. Ahora es animador juvenil y se mueve con total libertad puertas adentro de la institución como en su casa.

“Me gusta el deporte, los chicos y ayudar a los profes. Este lugar es mi segunda casa. Me siento bien con los pibes y con la gente que viene. Los profesores me quieren. Soy del barrio. La paso bien en todo momento”, resumió.

Foto: Guillermo Buelga – Secretaría de Deporte y Turismo

 

“Este lugar es una emoción, es vivir”

Orlando Casco tiene 72 años y vive a escasas cuadras del polideportivo. Conoce la historia del predio desde la raíz como pocos y cuando habla del lugar lo hace destacando las bondades que ofrece el espacio municipal. “Hace seis años que participo del programa Adultos Mayores. Disfruto de la pileta en el verano. También hacemos talleres de memoria. Este es un proyecto integrador y muy interesante”, describió.

Luego hizo una breve reseña histórica del lugar. “Esto antes era un gran terreno que pertenecía al señor Luis Méndez, quien donó este espacio en un primer momento al barrio. Era una persona creyente y de corazón amable. De hecho, venía y empujaba a los vecinos a involucrarse. Quería que todos participaran para poder darle a este lugar la utilidad que deseaba”, narró.

“Lo donó en el año 1994 con el propósito de que esto sea un espacio para todos los vecinos, quería que se creara un polideportivo. Como no prosperó mucho el tema del barrio porque no había recursos para poder mantenerlo y hacerlo crecer realmente, decidió cederlo a la Municipalidad. Y ahí todo cambió”, detalló.

Casco remarcó que “la condición era que este lugar sea utilizado por la escuela, la vecinal y los vecinos mediante una comisión donde debía haber un representante del barrio”.

“No había eco de parte de las instituciones porque sinceramente no había recursos. Esto tiene casi dos manzanas. Pero desde la Municipalidad siempre estuvieron supervisando y nos dieron una mano grande en todo momento”, rememoró antes de detallar que “cuando se planificó todo esto había otra condición: se debía hacer un balneario con una pileta».

«Y Méndez había agregado en el acta que se pusiera una cruz de hormigón armado para que se hicieran eventos religiosos. Claro que eso no se terminó haciendo, tal vez por el hecho de que acá concurren personas que comulgan diversas religiones”, continuó.

El vecino mencionó que “Méndez alcanzó a ver la inauguración de la pileta, que fue en enero bajo la intendencia de Miguel Lifschitz; ese día fue muy movilizante para todos los que somos del barrio», y enfatizó: «Esto es para mí una alegría, es una emoción. Desde que se inauguró es venir y distenderse, es vivir. Cada momento que se pasa acá adentro genera una alegría inmensa».

“Cada niño que está adentro es importante porque podrían estar en la calle con todos los peligros que eso conlleva”, añadió Orlando, y resaltó con orgullo: «La mayoría del barrio viene y la pasan de diez. Los profesores que pone la Secretaría de Deporte y Turismo son geniales y nos ayudan mucho. Acá vivimos y nos sentimos muy cómodos”.