Tras la derrota del 11 de julio en la final de la Eurocopa
La policía británica anunció hoy la detención de 11 personas acusadas de haber lanzado insultos racistas en las redes sociales contra futbolistas negros de la selección de Inglaterra, tras la derrota del 11 de julio en la final de la Eurocopa.
La investigación de la policía identificó 207 mensajes penalmente condenables, 123 de los cuáles provenían de cuentas fuera de Reino Unido.
Por el momento, fueron identificadas 34 cuentas con base en el Reino Unido y se detuvo a 11 personas, según un comunicado de la policía.
«Algunos creían que se podían ocultar tras un perfil en las redes sociales y quedar impunes después de publicar un contenido tan abominable», declaró en un comunicado uno de los responsables policiales encargados de la investigación, Mark Roberts.
«Tienen que pensárselo dos veces, tenemos investigadores realizando pesquisas de forma proactiva, buscando contenido ofensivo relacionado con el partido y, si se incumple el código penal, los autores serán arrestados», advirtió, según la agencia de noticias AFP.
Tras la derrota de la selección de Inglaterra frente a Italia en la final de la Eurocopa, los jugadores Jadon Sancho, Bukayo Saka y Marcus Rashford fueron objeto de un torrente de ataques racistas en las redes sociales.
Los comentarios ofensivos fueron condenados de forma unánime tanto por el Gobierno como por las instituciones deportivas.
Los tres jugadores fallaron sus remates de la tanda de penales, lo que le costó la derrota a su país frente a Italia y acabó con el sueño de un país que no levanta un título mayor a nivel de selecciones desde la Copa del Mundo de 1966.
Estos insultos, acompañados por incidentes violentos en los alrededores del estadio de Wembley de aficionados sin entrada que consiguieron acceder al campo, despertaron los viejos demonios del fútbol inglés.
El primer ministro, Boris Johnson, anunció que deseaba que se prohibiera el acceso a los campos a los autores de estos ataques racistas en Internet.
Sus detractores le acusaron de hipócrita, ya que en su momento no defendió a los futbolistas que fueron silbados por el público inglés al poner una rodilla en tierra antes de los partidos, un gesto de denuncia contra el racismo.