Warner, Universal y Sony, tres de los mayores estudios de Hollywood, amenazaron este jueves con dejar de producir en el estado de Georgia si su polémica ley antiaborto entra en vigor.
Esta advertencia se une a la de otras productoras como Disney, el estudio más grande del mundo, propietario de Marvel, Lucasfilm y Fox, o Netflix, que anunciaron que se plantearán dejar de producir contenidos en ese estado si se aprueba la nueva norma.
Películas taquilleras como «Ant-Man» y «Avengers» y exitosas series como «The Walking Dead», «Stranger Things» y «Ozark» fueron filmadas en este estado, conocido como el «Hollywood del sur», que ofrece atractivas exenciones fiscales.
«Seguiremos de cerca la situación y si la nueva ley se mantiene reconsideraremos a Georgia como sede de cualquier nueva producción», dijo Warner Media en un comunicado enviado a la AFP.
«Como siempre, trabajaremos de cerca con nuestros socios en producción y talento para determinar dónde hacer cualquier nuevo proyecto»
La polémica ley del «latido del corazón», que fue sancionada por el gobernador republicano Brian Kemp el 7 de mayo, prohíbe interrumpir el embarazo después de las seis semanas de gestación.
Además de Georgia, otros estados sureños como Alabama, Misuri y Luisiana, han adoptado legislaciones similares, que si bien serán recurridas por la justicia, tienen el objetivo final de revocar el histórico fallo de 1973 de la Corte Suprema en el caso Roe contra Wade, que legalizó el aborto en todo el país.
«Si alguna de estas leyes es ratificada, tendría un fuerte impacto en el proceso de toma de decisiones de los lugares donde produciremos nuestro contenido futuro», declaró NBC Universal.
Es la misma postura de Sony Pictures y de AMC Networks, productora de «The Walking Dead», una de las primeras producciones que se realizaron en el estado y que está rodando su décima temporada allí.
«Si esta ley altamente restrictiva entra en vigor, reevaluaremos nuestra actividad en Georgia», dijo el estudio de televisión.
«Decisión sabia»
Georgia se ha convertido en el tercer centro de producción más grande del país gracias a los créditos fiscales de hasta el 30% que ofrece a las productoras de cine y televisión.
Solo el año pasado, 92.000 puestos de trabajo en el estado estaban relacionados con la industria, que trajo un impacto económico de 9.000 millones de dólares en producción. Pero esa relación con Hollywood se ve ahora amenazada por esta ley.
«Tenemos muchas mujeres trabajando en producciones en Georgia, cuyos derechos, junto con los de otros millones de personas, serán restringidos por esta ley», dijo hace dos días el jefe de contenidos de Netflix, Ted Sarandos.
Stacey Abrams, la candidata demócrata que cayó ante Kemp en las elecciones pasadas, advirtió que la salida de estas empresas se provocará «pérdida de empleos para carpinteros, peluqueros, trabajadores de la alimentación y de cientos de pequeñas empresas».
«Miles de millones de inversiones económicas se dirigirán a estados deseosos de acoger el cine y proteger a las mujeres», añadió.
La aprobación de la ley llevó a activistas, actores y otros miembros de la industria del entretenimiento a llamar a boicotear el estado.
«Creo que es una decisión sabia», dijo a la AFP Michael Taylor, director del Instituto de medios para el cambio social de la Universidad del Sur de California (USC).
«A veces hay que hacer lo correcto en lugar de lo prudente desde el punto de vista financiero» y «lo correcto en este caso es asumir una posición, tomar tu dinero y llevártelo a otro lado», añadió el profesor de la escuela de cine, que además ha sido productor en filmes de Universal y Disney, y no recuerda un consenso similar.