Por Pablo Elián Carrasco
El formato del debate ha favorecido la utilización de discursos organizados por la lógica de las redes. Lejos de la discusión política seria, la limitación temporal y la imposibilidad de intercambios favoreció la utilización de un lenguaje pensado para ser convertido en memes y temas de conversación en las redes. En ese juego Macri y Espert fueron las figuras.
En Twitter se produjo una profunda polarización respecto del primer debate que parece terminar de delinear un escenario electoral en el que los dos candidatos principales aumenten su caudal de votos. En Twitter Macri fue el candidato más mencionado con un 52% del total de tweets y Alberto Fernández fue el eje del 36,8% de las publicaciones.
Esto supone una profundización de la polarización, entre los dos candidatos aumentaron un 24% del volumen de las menciones respecto del primer debate, quitándole importancia a la participación de todos los demás.
Las reglas del debate televisivo distribuían el tiempo en parte iguales entre los candidatos. En Twitter, donde esas reglas no corren, lo que generó más conversación puede explicarse a través de tres factores: la fuerte polarización entre Mauricio Macri y Alberto Fernández, la coordinación de acciones por parte de militantes de ambos bandos para instalar temas y encuadres a los temas, y la importancia de la lógica del meme y las declaraciones que construyen imágenes fuertes de manera concisa durante el debate, y que tienen un impacto instantáneo en las redes.
Espert, quien obtuvo un 2% de votos en las PASO, extremó su discurso duro en disputa directa con Gómez Centurión y generó algunos momentos de alto impacto (apelación directa a Grabois, propuesta de eliminación de la coparticipación, llamado a que Macri y Fernández se abracen, apelación a Zaffaroni) que se articulan muy bien con la lógica de funcionamiento de Twitter y que le generaron un gran volumen de conversación y menciones.
A pesar del peso de Espert en la conversación en Twitter los puntos centrales de su discurso no lograron salir de la plataforma digital ni incidir de manera considerable en la agenda pública. Por lo que el efectismo de su intervención solo puede leerse como exitosa en los términos propios de la plataforma y contrastado con la gran diferencia entre los votos obtenidos y el volumen de la conversación generado.
Gómez Centurión sin la posibilidad de hacer eje en contra del aborto legal no logró un gran impacto en la conversación y se mantuvo por debajo del 6% de las menciones.
Donde estos dos candidatos sí lograron influenciar fue en los temas y ejes de campaña de Mauricio Macri.
Nicolás Del Caño mejoró notablemente su participación en el debate respecto del domingo pasado, pero cayó en la participación de la conversación en Twitter también víctima de la profundización de la polarización. En este segundo debate Del Caño focalizó sus críticas con mayor énfasis en Macri y esto generó que los usuarios vinculados a la burbuja del Frente de Todos no lo mencionan con tanta frecuencia como en el primer debate, donde un eje de la discusión fue la poca crítica de Del Caño a Macri. Además, los usuarios dentro de la burbuja de Juntos por el Cambio no reaccionaron masivamente a las expresiones de Del Caño por estar principalmente focalizados en polarizar con Alberto Fernández y en promocionar sus propios hashtags.
Alberto Fernandez durante este segundo debate perdió en Twitter la capacidad de definir la agenda vinculada a su figura. Entre las primeras 20 palabras asociadas a su nombre la única línea positiva se organizó en torno a #albertopresidente, mientras que en el resto se vió la repercusión de los ataques que vinieron de Macri y Espert principalmente. Allí podemos ver que las principales palabras son: Espert, Indec, Gabinete, Efedrina, Procesamientos. Si bien Alberto Fernández generó un gran volumen de conversación, los tweets que lo mencionaron positiva o negativamente giraron en torno a temas no propuestos por el candidato sino por expresiones de Macri y Espert principalmente.