"Es la oportunidad para desarrollar nuevas estrategias de llegada a los usuarios", afirman DJ's y ONG's que buscan disminuir el consumo
Organizadores de eventos de música electrónica, DJ’s y ONG’s comprometidas con la reducción de los riesgos del consumo de sustancias psicoactivas dijeron este martes que el cierre de los escenarios de nocturnidad es «la oportunidad» para desarrollar nuevas estrategias de llegada a los usuarios y para que las sociedades «dejen de barrer bajo la alfombra» y se replanteen prácticas punitivas y discursos estigmatizantes contraproducentes.
«Cuanto más han apretado y reprimido a la personas (que consumen en el marco de fiestas electrónicas) como consecuencia del trauma de Time Warp, lo único que hemos logrado es empeorar la situación», aseguró el director de Lado B Producciones, Nicolás Basaure, durante el panel «Escenarios Festivos en contexto de Covid-19» desarrollado esta mañana en el marco de la 18º Conferencia Nacional sobre Políticas de Drogas organizada por Intercambios Asociación Civil.
«El chico, ante un cacheo y la posibilidad que lo metan preso por tenencia de estupefacientes, se para en la puerta y se toma todo junto, lo que automáticamente le produce un colapso y ahí después viene el deslinde de responsabilidades y la culpa parece que no es de nadie», contó Basaure.
«Como estas hemos tenido otras situaciones difíciles que fueron efectos colaterales de las propias decisiones gubernamentales de no bajar la intensidad de tensión y apriete en los cacheos», agregó.
Este productor rosarino de fiestas electrónicas apuntó que, por otro lado, «no se ha hecho nada» para desmontar creencias comunes entre adolescentes «que no tienen formación en drogas» y creen que «soy más loco o canchero cuanto más me la pego o si paso 30 horas sin dormir».
Por su parte, el coordinador del proyecto «Energy Control» de la ONG española ABD, Claudio Vidal Giné, postuló que «ha llegado el momento de convertirnos en influencers de la reducción de riesgo».
«La situación de pandemia nos ha afectado como proyecto de reducción de riesgo que trabaja en espectáculos de música electrónica porque en el momento que se dicta el confinamiento de la población, todo el ocio nocturno desapareció y cuando volvió, lo hizo con tantas restricciones que acabaron de reconfigurar el propio ocio», contó sobre la realidad española.
En ese sentido, dijo que las discotecas vieron reducido el máximo de personas admitidas, desaparecieron las barras de bebidas para ser reemplazadas por mesas atendidas por los propios bartenders.
«Quizás por eso, de forma paralela también surgieron espacios de ocio alternativo como los ‘botellones’, que son concentraciones en la vía pública de jóvenes alrededor del consumo de alcohol y la proliferación de fiestas rave», contó.
Frente a esto, como «los medios resaltaron sólo lo negativo» y lo «anecdótico», fue presentado como la regla para asociar estos espacios al «descontrol».
Hace diez días, «el gobierno junto a las comunidades autónomas decretaron nuevamente el cierre del ocio» que fue «el último en volver y el primero en irse de nuevo».
Por su parte, el DJ italiano y director del sello discográfico Sudbeat, Grazziano Raffa, consideró que su actividad sigue cargando con un «estigma» que la asocia al «mundo de las drogas».
El productor opinó que mientras no se cuestionan algunas letras «que fomentan el consumo de droga» dentro de «algunos géneros muy populares como el raggaeton», se sigue «hablando de Time warp» y asociando la música electrónica al uso de sustancias.
Por último, la jefa de gabinete de la Dirección de Políticas Sociales en Adicciones del gobierno de la Ciudad, Verónica Brasesco, explicó que desde el área de Prevención, Recreación y Nocturnidad de esta dependencia se viene fortaleciendo el trabajo conjunto con organizaciones de la sociedad civil y la ciudadanía, en materia de formación de promotores como en la instalación de puestos de hidratación y de sesibilización en fiestas.
«Con el Programa de Atención en Fiestas, PAF!, de Intercambios veníamos trabajando con unos anteojos que cuando las personas se los ponen, se altera su sensopercepción (del entorno) como si estuviera alcoholizada y es una forma de generar conciencia sobre los riesgos del abuso de esta sustancia», explicó.