Desde la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) señalaron que estas medidas "vienen funcionando muy bien en otros países como estrategia para motivar la vacunación, sobre todo de las poblaciones más jóvenes que en ocasiones se sienten al margen del problema de la Covid-19".
La ampliación del aforo para personas vacunadas, la disminución para ellas del precio de la entrada a un recital o simplemente el acceso exclusivo, son medidas que se tomaron en varios países para incentivar la inoculación contra el coronavirus, señalaron hoy especialistas, quienes recordaron que igualmente la población vacunada debe continuar con los cuidados porque pueden contagiar y contagiarse.
En Argentina, frente a la aceleración del ritmo de vacunación que ya alcanzó al 70% de los mayores de 20 años con al menos una dosis, ayer la Provincia de Buenos Aires anunció que comienza la vacunación libre para mayores de 30 años (sin turno) y que desde este próximo lunes se amplían los aforos en establecimientos gastronómicos, gimnasios, clubes, centros comerciales o shoppings «exclusivamente para personas vacunadas con una dosis».
«Sin duda éstas son estrategias que se pueden implementar dado el semáforo epidemiológico de este momento (con casos, hospitalizaciones y fallecimientos a la baja) y con casi el 50% de la población total vacunada con al menos una dosis», señaló a Télam la médica infectóloga Leda Guzzi.
Guzzi, integrante de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), indicó que este tipo de medidas «vienen funcionando muy bien en otros países como estrategia para motivar la vacunación, sobre todo de las poblaciones más jóvenes que en ocasiones se sienten al margen del problema de la Covid-19».
«Por supuesto que no esto no significa que se deban abandonar los cuidados -continuó la infectóloga- sabemos que las vacunas reducen significativamente el riesgo de infección sintomática, pero no lo eliminan, sobre todo en el contexto de las nuevas variantes».
Otro de los beneficios de este tipo de medidas tiene que ver con la reducción del impacto económico de la pandemia: «Además de incentivar la vacunación, aumentar unos puntos el porcentaje del aforo actual es una medida que mejora bastante la ecuación económica, sin aumentar proporcionalmente los riesgos», indicó el físico e investigador de Conicet Jorge Aliaga.
Fueron varios los países con acceso a gran cantidad de vacunas que implementaron medidas para estimular que la población se inocule.
En Estados Unidos los ejemplos son numerosos, desde la venta de entradas con precios diferentes (como el festival de punk que se hizo en La Florida el 26 de junio que cobraba 18 dólares a los vacunados y 999,99 dólares a los que no) hasta el obsequio de una cerveza a cambio (como pasó en Nueva Jersey).
Hace una semana, casi 1,7 millones de franceses sacaron turno para vacunarse contra el coronavirus en 48 horas luego de que el presidente Emmanuel Macron anunciara que se exigirá un certificado de inmunización o una prueba negativa para acceder a bares, restaurantes o cines, o viajar en trenes y aviones.
Para el médico infectólogo Javier Farina es importante dejar en claro que «la pandemia no terminó; todavía tenemos una altísima circulación viral en el país, gran cantidad de personas internadas en terapia intensiva con Covid-19, aunque se trate de cifras a la baja».
En ese contexto, Farina señaló a Télam que «una persona vacunada tiene mucha menos chance de tener enfermedad grave o morir, pero puede contagiarse y contagiar, sobre todo frente a las nuevas variantes como estamos viendo en países como el Reino Unido».
«Desde el punto de vista estratégico, el tipo de medidas como la ampliación del aforo es un mensaje para incentivar a aquellas personas que todavía no se han vacunado y tiene mucha lógica en el contexto que estamos, pero siempre recordando que las medidas de prevención tienen que seguir vigentes como la distancia, el uso de barbijo y la ventilación», indicó Farina, Jefe de Infectología del Hospital Cuenca Alta.
Consultado esta mañana sobre el anuncio de la Provincia de Buenos Aires durante la conferencia de prensa semanal, el Ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, indicó «no puedo opinar sobre la medida en particular porque me falta conocer los detalles de la implementación, pero en el mundo los pasaportes sanitarios se utilizan mucho por dos motivos».
«El primero, para garantizar la seguridad de las personas que hacen actividades sociales, y el segundo es dar un estímulo para aquellos que están dudando si vacunarse o no», explicó.
Sobre una eventual implementación de ese «pasaporte» en el distrito sostuvo que «aquí todavía no hemos vacunado a todas las personas que querían, de manera que aún no es el tiempo de ese tipo de medidas, pero a futuro puede ser una herramienta a evaluar y analizar su impacto en el mundo».
Finalmente, la médica infectóloga Elena Obieta, integrante de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) remarcó la importancia de avanzar en el país, y en todo el mundo, «con la vacunación completa de la mayor cantidad de personas posible, sobre todo frente a estas variantes más transmisibles como la Delta».
Obieta, quien es además jefa del Servicio de Enfermedades Transmisibles y Emergentes de la Municipalidad de San Isidro, recordó que incluso con el esquema completo, «no se deben relajar los cuidados porque las vacunas han demostrado ser eficaces para disminuir formas graves, hospitalizaciones y muertes, pero su eficacia para disminuir la transmisión no está del todo comprobada, y mucho menos respecto a las nuevas variantes».
«Entonces, aún estando vacunados tenemos que cuidarnos, porque si dejamos de cuidarnos va aumentar la circulación viral, y cuanto más virus circula más posibilidad de que haya nuevas variantes, entonces es como el cuento de la buena pipa», concluyó.