La víctima es una ex cabo de la fuerza, quien fue sometida sistemáticamente a “actos hostiles y humillantes” en el Batallón Ingenieros Zapadores 1 de la localidad santafesina de Santo Tomé
El fiscal federal Walter Rodríguez solicitó en las últimas horas que se cite a prestar declaración indagatoria a un capitán del Ejército Argentino por abuso de autoridad y maltrato a una mujer de un rango jerárquico inferior.
En el pedido, el fiscal sostuvo que el acusado maltrató y perjudicó arbitrariamente a la ahora ex cabo «mediante la reiteración sistemática de actos hostiles y humillantes mientras el nombrado se desempeñó como su autoridad superior jerárquica en el Batallón Ingenieros Zapadores 1 de Santo Tomé del Ejército Nacional Argentino, durante el mes de junio de 2018, y su traslado a Curuzú Cuatiá, Corrientes, en el año 2019».
Según informó el Ministerio Público Fiscal de la Nación, y de acuerdo al dictamen, el acusado realizó un número indeterminado de manifestaciones inapropiadas y de índole sexual a la víctima, tanto de manera verbal como escrita a través de WhatsApp.
Luego comenzó a ordenarle que realice tareas laborales fuera del horario establecido, donde ambos se quedaban a solas durante la noche.
Para el fiscal, esa actitud «además de reflejar un hostigamiento de índole laboral por su exceso y abuso, constituye un comportamiento a todas luces intimidatorio para una joven mujer en relación de subordinación laboral en el contexto castrense».
Estos actos, según describió el fiscal en el dictamen, provocaron en la víctima angustia y temor de recibir represalias por parte de su jefe en caso de comunicar lo sucedido a su pareja, no sólo por el peligro que percibía sobre su propia permanencia laboral, sino también debido a que el joven se desempeñaba como personal militar con el mismo empleador.
El acusado le exigía a la víctima la realización de tareas laborales excesivas y ajenas a las funciones y responsabilidades de su cargo, lo que se vio reflejado en la elevación de informes diarios relativos a su aptitud y desempeño.
Según consta en la causa, en agosto de 2018, una caída a nivel nacional del sistema informático del Ejército ocasionó que la víctima, como todos los demás usuarios, no pudieran utilizar el sistema para la carga de datos correspondientes a su trabajo.
A pesar de eso, el capitán decidió sancionarla con diez días de arresto, por lo que, para evitar decir que el motivo de su ausencia era el acoso padecido por su jefe, la mujer ingirió numerosos analgésicos para generar una descompostura.
Sin embargo, esto le generó una pérdida de conciencia y debió ser trasladada al Hospital Cullen en la ciudad de Santa Fe, donde fue diagnosticada con un pico de estrés.
Este incidente dio a lugar a que la mujer fuera entrevistada por médicos pertenecientes a la fuerza para determinar el motivo de su ausencia. Una vez llevado a cabo este procedimiento, le otorgaron licencia y la derivaron a profesionales de psicología y psiquiatría del hospital Militar de Paraná. Allí, la víctima logró verbalizar el maltrato sufrido durante todo ese tiempo, que declaró sentirse «angustiada, deprimida, invadida y aterrada».
Para el fiscal Rodríguez, la «cultura organizacional» del Ejército Nacional Argentino «presenta ciertos rasgos que agravan para las mujeres las situaciones de acoso laboral».