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Piden a países ricos acabar con la «vergonzosa» desigualdad en la provisión de vacunas


Así lo expresaron desde la OMS, que días atrás exigió suspender los planes de una tercera dosis y donar esas vacunas sobrantes

La Organización Mundial de la Salud (OMS) llamó este martes nuevamente a los países más poderosos del planeta a modificar antes de octubre su «vergonzosa» postura a fin de revertir la desigualdad en el acceso a las vacunas de coronavirus que está causando graves estragos en numerosas regiones afectadas por la pobreza.

El asesor de la OMS Bruce Aylward sentenció que el mundo debería estar «indignado» ante esa situación, opinión en línea con la que viene expresando desde hace meses el director del organismo, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

La agencia de salud de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha ido aumentando su repulsa ante lo que considera el acaparamiento que los países ricos hacen del suministro de inoculantes en detrimento de los más necesitados.

Aylward, vocero de la OMS para el acceso a las herramientas de lucha contra la pandemia, pidió a la opinión pública que presione a los políticos y a los magnates empresariales para que consideren la cobertura en vacunas de las naciones pobres como una inversión electoral y financiera.

«Seguramente hay unas 20 personas en el mundo cruciales para resolver este problema de equidad, que lideran las grandes compañías que se encargan de esto; los países que están contratando el mayor número de vacunas, o los países que las producen», expuso.

Agregó que es necesario que «esas 20 personas digan» que van a solucionar este problema para finales de septiembre» y aseguren «que el 10% de la población de cada país sea vacunada».

Cerca de 4.500 millones de dosis fueron ya administradas en todo el mundo, según la agencia de noticias AFP.

En los países con ingresos altos se aplicaron 104 dosis por cada 100 personas, de acuerdo a datos del Banco Mundial.

En contraste, en los 29 países con menos ingresos solo se aplicaron dos dosis por cada 100 personas.

Frente a este problema, Aylward sostuvo: «Deberíamos estar colectivamente indignados con nosotros mismos».

«No puedo evitar pensar: si hubiéramos intentado retener las vacunas en ciertas partes del mundo, ¿podríamos haberlo hecho peor de lo que lo hemos hecho ya?», indagó.

El funcionario insistió en la necesidad de contar con «20 personas que lideren el esfuerzo mundial para cambiar esta lamentable situación en la que estamos».

Días atrás, la OMS exigió a los países ricos suspender los planes de una tercera dosis y donar esas vacunas sobrantes, lo cual fue olímpicamente desoído.

La OMS anhela que cada país haya podido vacunar al menos al 10% de su población a finales de septiembre, que sean al menos el 40% a final de año, y 70% a mediados de 2022.