La invitación es a disfrutar del aire libre y el espacio público, en familia, con amigos o en pareja. Los rosarinos hicieron propia la propuesta que este sábado cumple dos años.
- Por Matías Gregorio
Encuentros. Bajo la luz de las estrellas. Bajo el resplandor de la luna. Con amigos, familia o pareja. O también solos, con la compañía de nuestras mascotas. Charlas, aire fresco y buenos momentos. La carta de invitación es simple: disfrutar del espacio verde y relajarse. De eso se trata cada picnic nocturno que se realiza en la ciudad. La idea que este sábado cumple dos años trascendió lo imaginado. Los rosarinos y las rosarinas comenzaron a apropiarse de los espacios públicos para sentirlos como propios.
“Decidimos encarar la gestión de los espacios públicos mejorando, por un lado, todas los aspectos físicos que debían tener esos espacios verdes. Desde luces led hasta sistemas de riego. Y, además, empezamos a trabajar en una agenda de apropiación y de uso de estos parques”, explicó en diálogo con CLG Marina Borgatello, quien está cargo de la Secretaría de Ambiente y Espacio Público de la Municipalidad.
Borgatello consideró que la ciudad tiene “un muy buen indicador de espacios verdes públicos por habitante, que ronda casi los 13 metros cuadrados”. En ese marco, se propusieron recapitalizar la vida nocturna: “El proyecto nació del concepto de que todas las cuestiones vinculadas a la seguridad mejoran en aquellos espacios públicos que se encuentran ocupados con gente”, sostuvo la funcionaria local.
La arquitecta reconoció que resultaba un “desafío” convocar a la gente al espacio verde durante la noche. Las más de 200 mil personas que se sumaron a la iniciativa durante el 2017 y el 2018 confirmaron que la apuesta pasó a ser una costumbre.
Propuesta descentralizada
El primer picnic nocturno, que realizó en el parque de las Colectividades el 12 de enero de 2017, logró reunir a 50 mil personas. “No esperábamos una convocatoria tan grande. Nos sirvió como un puntapié inicial para poder programar encuentros de este tipo en distintos espacios verdes”, admitió.
La actividad colectiva al aire libre se ha realizado tanto en la costa central como también en plazas de barrio o en parques más distritales. En todas, la respuesta de la gente ha sido muy positiva.
“Este año tuvimos que suspender varios por lluvias, pero son muy demandados. La gente pregunta para cuándo se reprograman”, indicó la titular de la cartera de Ambiente. Durante enero habrá una programación especial de un picnic por semana en una plaza barrial de algún distrito. Además, los eventos planificados se extienden hasta marzo.
Espíritu ecológico
Cada actividad incluye ofertas culturales y abre la posibilidad de generar un proceso educativo sobre el tratamiento de los desechos: “Le recomendamos a la gente dejar el parque tal como lo encontraron, llevándose sus residuos y también tratando de separarlos para su reciclaje”, comentó Borgatello.
Con respecto a las presentaciones musicales, Marina señaló que las propuestas con las que acompañan los picnics son “totalmente desenchufadas”. Y argumentó: “Como no es una una convocatoria a un espectáculo musical, la idea es que no haya ruido, sino algo de música que acompañe”.
“También invitamos a la gente a que vaya caminando, en trasporte público o en bicicleta”, agregó la coordinadora del Gabinete Urbano de la ciudad. A su vez, explicó que las inversiones que se han hecho en términos de mejorar la infraestructura de los espacios verdes han ido alineadas en el mismo sentido: «Un ejemplo es la iluminación con tecnología led, que tiene niveles muchos más bajos de consumos energéticos».
Otro elemento que se destaca en cada picnic -siempre organizados conjuntamente entre las secretarías de Ambiente y Espacio Público y de Cultura y Educación- es la oportunidad de acceder a viandas saludables elaboradas por emprendedores del programa de Economía Social: «Aquel que quiera ir al parque con su vianda, puede hacerlo, pero también existe la posibilidad de reservar a través de Internet una vianda nutritiva de tartas, frutas, verduras y jugos», contó Marina, y dejó en claro que la idea es «vincular la oferta con la demanda priorizando el componente social».
La ciudad del espacio público
La propuesta generó un nuevo hábito en la ciudad. Las personas, sin distinciones socioeconómicas ni etarias, no sólo se reúnen en los espacios verdes cuando se organiza un picnic. Cualquier noche de verano en la que el tiempo acompañe, la franja pública al costado del río se convierte en el plan ideal para pasar un buen momento.
«Siento que hemos generado una nueva costumbre», dijo con entusiasmo la arquitecta graduada en la UNR. Además, contó que «muchas ciudades incorporaron el picnic nocturno como una práctica». Y sostuvo: «Me han llamado de distintas ciudades de Latinoamérica para hablar del tema. Hace poquito volví de Colombia contando esa experiencia y el año pasado también estuvimos en Barcelona. Se convirtió en una práctica replicable en otras ciudades».
Los picnics nocturnos terminaron de definir a Rosario como la ciudad del espacio público. Los parques son de todos. Valorarlos, aprovecharlos y cuidarlos, también es tarea de los rosarinos.