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Periodista brasileño: «Sabíamos que el Amazonas estaba siendo devastado»


Mientras crecen los incendios forestales, el comunicador Fausto Salvadori, de Ponte Jornalismo, brindó un panorama más preciso de la situación

 

Por Matías Gregorio

Arde Brasil. Arde el Amazonas. Pero no se trata de una casualidad o de un hecho plenamente natural que suele despertarse en esta época del año. Hay que hablar de causalidades, y son muchas las que hicieron que el mundo ponga sus ojos en uno de los lugares ambientales más preciados que existen en el planeta Tierra.

Es de público conocimiento que desde la llegada al poder de Jair Bolsonaro, quien desde su época de diputado apoyó el avance sobre el gran bosque para explotar la minería, la madera y el agrocultivo, la deforestación, gran causal de los incendios, creció notablemente. Y los números oficiales así lo certifican.

Desde San Pablo, Brasil, el periodista Fausto Salvadori, que trabaja en Ponte Jornalismo, diálogo con CLG y brindó un panorama más preciso de la situación que preocupa a la población mundial, pero sobre todo a la latinoamericana.

«La situación es muy grave, los números hablan de que la tasa de deforestación aumentó más de un 40% en relación al 2018», detalló Salvadori, pero afirmó que «no es para nada sorprendente» que ocurra esto, y fundamentó: «Durante las elecciones, Bolsonaro, el candidato que se consagró presidente, dijo en reiteradas ocasiones que no tenía ninguna intención de preservar la naturaleza ni de entregar tierras para los indígenas, sino que, al contrario, decía que quería explorar el Amazonas y habló de abandonar el acuerdo climático de París, algo que si bien no lo terminó haciendo, quedó a la vista que tuvo la intención».

Meses después de la asunción del dirigente de ultra derecha, el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales del Brasil (Inpe) informó que las tasas de deforestación estaban aumentando considerablemente, pero el propio Bolsonaro desestimó esos datos y los trató de «mentiras», según detalló el periodista consultado, y contó que además decidió despedir al subdirector de dicha agencia federal.

«Todos sabíamos que el Amazonas estaba siendo devastado, y que los agricultores que hacen esto se sintieron empoderados por las declaraciones de Bolsonaro. Por eso, ahora, cuando vemos las quemadas, no nos sorprende. Su fin es plantar más soja, talar más árboles y ganar más dinero con la exportación«, sentenció Fausto, a la vez de que no dudo en afirmar que los incendios «fueron intencionales», a raíz de que «hay un gran movimiento de deforestación del Amazonas». «Las quemadas son parte de este movimiento, que se está produciendo desde el inicio de este año», indicó.

En un principio el gobierno brasileño atribuyó los incendios a la temporada seca y Bolsonaro insinuó que las ONGs ambientalistas serían responsables de propagarlos, lo que desató una oleada de críticas en su contra.

Posteriormente, este viernes, en respuesta a la presión internacional por el alarmante aumento de los incendios y las preocupaciones del agronegocio que podría sufrir las consecuencias de la inacción gubernamental, autorizó el uso de las Fuerzas Armadas para combatir los incendios en el Amazonas, incluso dentro de tierras indígenas.

La medida, vía decreto, autoriza desde el sábado y durante un mes el uso de tropas «para acciones preventivas y represivas contra delitos ambientales» y en «la identificación y el combate a focos de incendio» en el Amazonas, a condición de que «sea solicitado por el gobernador» del estado concernido.

El periodista de Ponte Jornalismo brindó su parecer sobre la primera medida oficial: «Hay un problema serio con esto, porque los sectores militares de Brasil acreditan una teoría de conspiración sobre el Amazonas, que afirma que las organizaciones ambientales y los pueblos indígenas tienen la intención, con el apoyo de países extranjeros, de lograr la independencia de ciertas áreas de la zona. Imaginan que otros países quieren tomar el Amazonas para sí. Poner las fuerzas militares en esto es arriesgado porque naturalmente los militares no ven como algo bueno la preservación del medio ambiente. Para muchos militares devastar bosques, contaminar el aire y agravar el cambio climático es parte del derecho al desarrollo, un argumento que el gobierno brasileño usó mucho desde los años 70 en los gobiernos militares».

Por otra parte, Salvadori dijo que «hay mucha desinformación entre los brasileños, provocada por quienes apoyan a Bolsonaro en las redes sociales», a pesar de que la mayor parte de la población «está muy preocupada»,  ya que «es nítido» lo que está pasando. «Yo vivo en San Pablo, que está a más de 3.000 kilómetros del Amazonas, pero el humo de las quemadas dejó el cielo oscuro. No obstante, una parte de la gente acredita que los extranjeros quieren tomarlo para ellos», comentó.

Emmanuel Macron, el presidente de Francia, acusó a su colega de Brasil, Jair Bolsonaro, de mentirle sobre sus compromisos ambientales, y además declaró que «el pulmón de nuestro planeta que produce el 20% de nuestro oxígeno está ardiendo», lo que despertó una posterior respuesta del ex capitán del Ejército.

Fausto consideró que «no fueron brillantes las declaraciones de Macron». Y explicó porqué: «Dijo que el Amazonas es un pulmón verde, lo que no es verdad. Porque el Amazonas no produce oxígeno, y además utilizó una foto vieja, de diez años atrás. Lo mismo sucedió con Leonardo Di Caprio, Cristiano Ronaldo y otros, por lo que hay un poco de desinformación también entre los críticos de Bolsonaro. Si bien el Amazonas no es el pulmón del mundo, es el grifo del mundo. Cada uno de los árboles amazónicos arroja mil litros de agua al día a la atmósfera, un fenómeno conocido como los ríos voladores. Y el bosque alberga el 10% de todas las especies conocidas en el mundo. Estas son las razones de la importancia del Amazonas. Hubo un poco de desinformación por parte de Macrón cuando hizo las críticas y esto está siendo usado por parte de los nacionalistas para atacarlo».

«Me sorprende la repercusión que tomó el tema», admitió el entrevistado, ya que si bien «Bolsonaro dice y hace todos los días cosas absurdas, de las cuales esta parece ser una más, es muy bueno que se haya conocido y me pone feliz porque hay un avance autoritario en Brasil por parte del presidente». «Se trata de una dictadura sutil, porque si bien todavía estamos en democracia, se muestra cada día menos democrática. Cuando el mundo se opone a un ataque del gobierno de Bolsonaro es muy gratificante para nosotros porque sentimos que tenemos amparo por parte de los otros países», amplió Salvadori.

A su vez, dio su parecer sobre cómo trató la prensa brasileña el tema, y sostuvo que, en general, ha sido bastante crítica del gobierno de Bolsonaro, «especialmente en cuestiones como estas relacionadas a la naturaleza». «Si bien algunos medios apoyan al presidente, son los menos. Por esto, el gobierno de Bolsonaro hace mucho uso de las redes sociales para esparcir sus ideas», esclareció Fausto.

Por último, remarcó que «la gran cuestión no es cómo apagarlo», porque en algún momento lo van a lograr, sino que «el problema es cómo acabar no solamente con los incendios sino con todas las maneras que se están usando para deforestar la zona». Y desarrolló: «Los incendios son sólo una de las estrategias que los agricultores están usando. La verdadera cuestión es cómo aprovechar económicamente el Amazonas sin devastarlo. Y hay respuestas para esto: un profesor de la Universidad San Pablo, Carlos Nobre, afirma que la explotación económica de la zona es muy primitiva, como cuando se cortan árboles o se planta soja. Él dice que se puede aprender a explotar la biodiversidad, que es el mayor tesoro que está allí. Por ejemplo, hay una planta, el açaí, que está demostrado que es cuatro veces más rentable que la soja, y no se necesita cortar árboles para esto, apenas se tira el açaí sobre la tierra. Hay maneras más eficientes de explotar económicamente el Amazonas sin destruirlo, pero los agricultores brasileños son muy primitivos».